La Administración Pública de municipios y departamentos debe tener servidores públicos de mucha categoría espiritual, porque lo contrario es tenerla capturada por cerebros pérfidos, que sólo van a pensar en ellos mismos, apropiándose, por medio de torticeros métodos, del erario. Los electores estamos ya cansados y tristes al ver que en las 33 reparticiones de Colombia siguen confundiendo la política y la administración pública con "la leyenda de El Dorado" y actúan en consecuencia. Es claro que cuando tenemos al frente de las administraciones públicas a una serie de seres humanos sin altura espiritual, se sumerge lo público en atmósferas de corrupción galopante, trayendo el fracaso y la deficiencia rotunda en los resultados sociales. En éstas próximas elecciones los ciudadanos nos la tenemos que jugar para buscar que lleguen a la administración pública seres humanos casados indisolublemente con el sentimiento de buscar la prosperidad de los hoy desheredados de los éxitos económicos.
Rogelio Vallejo Obando
C.C.No. 19.127.119 de Bogotá.
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