Restricción a derechos fundamentales

Pensé que lo que presencié, como testigo de excepción, el sábado 15 de mayo en el Centro Comercial Caribe Plaza solo podría pasar en Cuba o en Venezuela. Los vigilantes privados de la empresa Vimarco, utilizando perros bravos negaron la entrada a las personas que portaban prendas de vestir de cualquier tonalidad verde, así fueran manillas. Ya los videos de la vergüenza ruedan en Internet, dejando muy mal parados a los administradores de ese Centro Comercial, quienes se atribuyeron las funciones de censurar las libertades públicas y civiles reconocidas por la Constitución Nacional, como si estuviéramos en una dictadura. Aunque se puedan excusar con la frase de cajón de que “ese Centro es privado”, lo que los faculta para reservarse el derecho de admisión, esta facultad no es absoluta cuando se trata de establecimientos abiertos al público y se torna en autoritaria e injusta sino encuentra parámetros de razonabilidad que la justifique o cuando se presume la mala fe. Ya la Corte Constitucional se ha pronunciado bastante al respecto. Patricia Egel Navarro CC.45761604 de Cartagena