Como quieren algunos jueces que el pueblo común y silvestre, o en general, interiorice que la vida es un valor incalculable y sagrado, cuando en la práctica nuestra justicia considera que algunas circunstancias conexas al vivir o morir son extemporáneas. Sí, estoy hablando del caso Colmenares, porque en diversos rincones del mundo una prueba científica reabre casos después de largos años de cierre y silencio absoluto, pero en el país del Sagrado Corazón de Jesús (Colombia) no son aceptadas. Es evidente que el símbolo de Temis Diosa de la Justicia (mujer con la balanza y ojos vendados) para este caso ha sido mal interpretado. Y, como colombiana, siento una profunda pena ajena; y, sobre todo, preocupación, porque resultan siendo más firmes y valederos los preceptos planteados y aprobados por la absurda, obtusa e irracional mentalidad de algunos hombres o mujeres (para no herir susceptibilidades de género) que los mandamientos publicados hace muchos siglos en las tablas de Moisés, “No matarás”, e interpretando la implicatura el mandato es “Preservarás la vida de tus semejantes”.
Eva Rosa Araújo Martínez
C.C. No. 57.428.333 de Santa Marta.
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