Si no es Campo, ¿quién?

Tenemos la fortuna de leer entre esos grandes columnistas de El Universal a Oscar Collazos. Sus denuncias consignadas en el libro “Cartagena en la olla podrida” son un trabajo periodístico de quilates. Tienen la autoridad del crítico avezado. Sobre Campo Elías y su legítima aspiración hace una radiografía muy sintáctica del comunicador social y la problemática que nos cubre y asfixia. Afloran varias  preguntas, pero por lo abreviado del espacio, permítanme una: si no es Campo, ¿quién? Bien sabe el ilustre escritor y periodista que la ciudad ha sido saqueada por los españoles, los ingleses, nuevamente los españoles  —por aquello de las empresas de servicios públicos— y la clase política. Necesariamente hay elementos residentes que pueden encarnar a ese administrador o gerente que se ilusiona, pero ante la gran corrupción existente (no sólo de algunos políticos sino de un gran electorado. Si no, obsérvese el trasteo denunciado por El Universal), ¿quién puede afrontar esa grave pernicia de comprar conciencias  y luego vender los votos? ¿Alguien que tenga suficiente apoyo popular y seriedad comprobada? Ahora, un buen administrador es aquel que se rodea de un gran equipo, que conjuga los preceptos de dele-gación, desconcentración  administrativa y supervisión de su equipo de gobierno. ¿Estamos frente al elegido del elector primario?
Raúl Castilla Cuesta
C.C.No. 19.329.493 de Bogotá.