La salud es y siempre ha sido un problema, desde que se inventaron el dichoso situado fiscal y se certificaron municipios para que manejaran por cuenta propia los recursos transferidos se acabó la salud pública y se inició el negocio de la salud, que asesina a los pobres y enriquece a los ricos. La ley 100, que buscaba incrementar la cobertura en salud al proteger al grupo familiar, descuidó la calidad. Hoy, la historia nos muestra hospitales en ruinas que no han podido con la competencia, ese elefante llamado Universitario, no ha podido arrancar por que la gasolina -entiéndase recursos- no le alcanza y están muy lejos de conseguir su punto de equilibrio financiero. La muerte de un pobre es noticia amarillista, sólo eso. En la lista para morirse están el 70% de la población en estado de pobreza, mal alimentado, desnutrido que cualquier gripa los revienta, no se trata de la intervención de la ESE, ni quien se esté comiendo el pastel, sino lo dañino del sistema, que ha llevado a que el Dadis sea un simple espectador pasivo del control de la población a través de un método poco santo, dejando morir a los más pobres. Uriel Gustavo Aguialr Alvarez CC.73.094.967 de Cartagena
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