Buzón


Sobre los saludos tacaños

Desde hace algún tiempo vengo notando en Cartagena la tendencia creciente hacia la singularización del saludo. Es, al igual que la “coloquitis” y “el vaso con agua”, otra moda adoptada por quienes intentan refinarse imitando los errores de otras altitudes. Me refiero a que ahora los cartageneros no saludamos diciendo buenos días, buenas tardes o buenas noches, sino que nos ceñimos a la mezquindad de reemplazar las anteriores expresiones por sus supuestos singulares; el resultado es el ridículo “buen día” o la lastimosa “buena tarde” y “buena noche”. El artificioso argumento de quienes han adoptado este esnobismo consiste en que se saluda para un día, para una tarde o para una noche, no para varios. Además de que podríamos tildarla de avara, esta forma de saludar refleja un desconocimiento histórico. En sus inicios, el saludo completo era “buenos días nos dé Dios”; es decir, a usted y a mí; en ningún momento se refiere la expresión a que los votos de bienestar se extiendan por un lapso mayor del momento, como parece ser la preocupación actual. Con el tiempo, este saludo quedó en el conocido y utilizado “buenos días” con que crecieron los abuelos y los padres de quienes temen expresar buenos deseos que trasciendan el presente inmediato. Como suele suceder, los refinamientos y las imitaciones de lo foráneo caen en el ridículo. A este paso, terminaremos saludando con “buena hora”, “buen minuto” o “buen segundo”. Álex González Grau CC. 73.120.094 de Cartagena

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