Desconozco en el director de Transcaribe y en el contratista que realiza la siembra de las zonas verdes de la entrada a Bocagrande, su sentido de la estética y su grado de sensibilidad para apreciar e interpretar la BELLEZA en cualquiera de sus manifestaciones.
Los jardines y las zonas verdes permiten a quienes los diseñan y construyen, mostrar su capacidad artística y su habilidad para transmitir emociones al espíritu de quienes los miran y contemplan, y es allí, precisamente, donde nace la definición de BELLEZA como “aquello que a la vista agrada “.
Pues bien, en los sitios arriba mencionados sembraron un montón de palitroques feos y de poco agradable color, en medio de malezas que les compiten y los muestran carentes de gracia y armonía en su conjunto, además de tener desigual población en muchos trechos, cuando en razón de su destacada ubicación debieron combinar tres o cuatro especies vegetales con follaje, color, florescencia y porte variados.
La confluencia de un nutrido tráfico en el sitio no es excusa válida para tan marcado mal gusto, y los responsables deben saber que diseñar y plantar jardines en lugares transitados permanentemente por miles de nativos y visitantes, va más allá de la simple habilidad para sembrar yuca, ñame o platanito. Es algo diferente, señores de Transcaribe, y ustedes saben a que me estoy refiriendo.
Luis Carlos Pareja Vélez
C.C. 17.057.346
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