Buzón


Sube como espuma el desempleo

El último informe del Dane, señala que la tasa de desempleo en Colombia, se ubicó en la alarmante cifra del 12.2%. Lo más grave es que no existen acciones estructurales del gobierno para enfrentar este flagelo, lo que significa que no le interesa la situación económica y social del pueblo. Mientras que los monopolios, las multinacionales, los grandes industriales, inversionistas y capitalistas; aprovechan la crisis para despedir trabajadores, precarizar los salarios, obtener excepción y rebajas de impuestos y convenir concesiones y privatizaciones. Siendo el desempleo en criterio de los especialistas, el principal detonante de la violencia que debe combatir el Estado; porque la llamada “seguridad democrática” por sí sola, no erradica el problema, ya que con todo el presupuesto que se dedica a esta política, estamos en el deshonroso puesto 104 en seguridad ciudadana, a nivel mundial. Recordemos que en nuestra Carta Magna, el trabajo es definido como una obligación social y un derecho que goza de la protección especial del Estado, donde toda persona tiene derecho a un trabajo en condiciones dignas y justas. Luego, con este panorama y si existe coherencia de los aspirantes al congreso y presidencia de la República, deben enarbolar la bandera del empleo y trabajo honesto. En ese sentido, ante la grave crisis económica y social que afecta a nuestro país. Es preciso, tomar decisiones estructurales que vuelvan la gente productiva realmente, que les permita generar ingresos suficientes, incrementar la demanda y poder derrotar el desempleo, la pobreza y la desigualdad. Urge la transformación de la responsabilidad social estatal y empresarial, porque en los tiempos de bonanza; cuando el PIB ascendió al 7.5%, la realidad laboral del país era similar a la actual. Es imperativo un proceso de construcción de políticas concertadas que orienten, lideren y articulen lo concerniente al crecimiento del empleo, para poder edificar las bases de una sociedad equitativa; que quiere la Paz, el desarrollo y la democracia participativa. Tanto el Estado como los empresarios deben comprometerse con el pueblo, en soluciones de fondo y no contentarse con medidas paliativas que sólo alivian las angustias coyunturalmente. Las grandes utilidades de los sectores de la economía, también deben democratizarse, en beneficio de toda la población que la produce. Benjamín Maza Buelvas CC. 9.072.891 de Cartagena

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