Vimos el dramático video que este diario publicó en su edición digital del día 14 de marzo, en el cual Jenny Castro, una afrodescendiente universitaria, narra la historia de su agresión.
Si no fuera la voz de Jenny la que nos pintara este espectáculo de la discriminación, pasaría por un reality macabro para satisfacer el apetito de sufrimiento humano de un sádico espectador.
Dice la voz que desde sus carros adolescentes venidos de la prosperidad bogotana, pistola en mano, jugaban al blanco sobre su piel negra. Que al ser requeridos los padres dijeron que sus chinos eran niños inocentes que estaban jugando. Nos querían decir a todos, con ese cinismo de los poderosos, que como ya la prosperidad había agotado el placer de balones y raquetas ahora tocaba jugar con la dignidad de las personas.
Todavía anda en la memoria colectiva el asesinato de dos estudiantes de la Universidad de Los Andes, que algún poder logró mover todo el aparato de la Policía para perseguir a los criminales.
Señora Alcaldesa (Judith Pinedo), Policía, ciudadanía... todavía estamos a tiempo antes de que el apetito criminal no quepa en el espacio de los juegos de estos niños, que saben para que sirven los apellidos, los carros millonarios y el consumo turístico.
GABRIEL CUADRO DE LA HOZ
C.C. 3782850 de Bogotá
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