Tomó un curso

A finales de marzo tomé un curso de inglés, que me costó algo más de tres millones de pesos. Le advertí a la muchacha que me lo vendió que antes de tres meses no podría asistir a las clases, porque tenía una pierna enyesada. Me dijo que no importaba, que la empresa me reemplazaba las clases cuando estuviera en condiciones de recibirlas. Compré el curso sin leer la letra menuda, porque, según la asesora, si no lo llevaba ese día perdería la promoción. Ya he pagado un millón de pesos con cuotas de 300 mil, pero sin recibir ni una sola clase. Después se me subió la presión y me hospitalizaron. Pero no voy a pagar más un peso por ese curso y ya hice en una notaría una declaración extra juicio, por lo que considero una estafa. No quiero ese curso, porque ya soy bilingüe. Averigüen cuál es la otra lengua que poseo, porque la voy a soltar.
Rosa de Galindo
C.C.No.22.757.558 de Cartagena.