El 15 de abril de 2011, Coomeva me expidió una orden para que me atendiera el ortopeda Marco Antonio de Jesús Araújo Orozco. Me dieron los números de teléfono fijo y celular y la dirección en el Centro Médico Prisma, Consultorio 502. Durante diez días llamé para apartar la cita y fue imposible. Al fin me la dieron para el 19 de mayo a las 3:30 p.m. Pero, antes de cumplirse la fecha, me llamaron para informarme que el médico no me podía atender ese día y me aplazaron para el martes 7 de junio a las 11:20 a.m. Mi carro tenía pico y placa, por lo que tuve que esperar cuarenta y cinco minutos para que pasara una buseta con aire acondicionado que llegara a Castillogrande. Fue toda una odisea por mi dificultad para movilizarme, debido a un problema de rodilla del que fui operada hace cinco años y es el motivo de la consulta. ¡Oh, sorpresa! La recepcionista me dijo que el doctor no me podía atender, porque no estaba anotada; y que, además, a los pacientes de Coomeva los atendían en el barrio Amberes. ¿Por qué no me llamaron nuevamente? Es una falta de respeto. Pedí la devolución de la orden, pues ya no quiero ese servicio.
María Lourdes Franco Frías
C.C. No. 22.766.359 de Cartagena
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