La denominada “contaminación acústica” perturba las distintas actividades sociales, interfiriendo la comunicación hablada, pertur-bando el sueño, el descanso y la relajación; impidiendo la concentración y el aprendizaje y, lo que es más grave, creando estados de cansancio y tensión que pueden terminar en enfermedades de tipo nervioso y cardiovas-cular. La intensidad de un sonido se mide en decibeles (dB). La escala corre entre el míni-mo sonido que el oído humano pueda detec-tar (0 dB), y el sonido más fuerte (más de 180 dB), el ruido de un cohete durante el lanzamiento. La Organización Mundial de la Salud considera los 50 dB como el límite su-perior deseable. Con base en lo anterior, me pregunto... ¿Qué está haciendo la EPA al respecto? ¿Có-mo es posible que una entidad “protectora del medio ambiente” permita que estableci-mientos que se encuentran al aire libre, como La Casa de la Cerveza, pase los decibeles permitidos para no causar daños tanto am-bientales como psicológicos? Acabando de celebrar el día de la tierra no es justo que nosotros, los vecinos del sector, no podamos tener una noche en paz después de un arduo día de trabajo, todos los fines de semana se repite mi triste historia, cada vez que hay un evento un martes, o un miérco-les, al día siguiente no rindo en el trabajo, no me levanto a tiempo, estoy agotada todo el día... ¿Por qué tengo que esperar que sean las 4am para poder dormir?, y claro, como mi hija se tiene que ir temprano para el colegio, sólo logro dormir dos horas. ¡Feliz día de la tierra EPA! Angélica Falquez Mainero CC. 45.687.823
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