El estado ambiental de Cartagena en 2016 fue una incógnita. A pesar de que las ciudades y los países adscritos a la ONU avanzan en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles, de los que el medio ambiente y el cambio climático son puntos esenciales, en la ciudad no se conocen mediciones actuales que permitan detallar la contaminación a la que se exponen cada día los cartageneros.
Así se reveló en el informe de calidad de vida presentado este miércoles por el programa Cartagena Cómo Vamos para el año 2016, en el que las entidades oficiales no entregaron reportes sobre las mediciones del ruido, ni sobre la calidad de los cuerpos de agua o del aire, ni del cálculo de árboles por habitantes.
Según el informe, el Distrito no cuenta con sistemas propios de medición de calidad del aire, agua y ruido que permitan seguir y evaluar permanentemente la efectividad de los programas ambientales que se realizan en Cartagena.
OPERATIVOS SIN MEDICIÓN
El mapa de ruido en Cartagena no pudo ser actualizado en 2016 debido a que no fue posible saber si los operativos que realiza el EPA fueron efectivos. Según el reporte, las mediciones sonoras no se realizan hace más de cinco años y la principal afectación se evidencia en la salud de los niños.
Los registros ofrecidos por el EPA permiten definir que los puntos críticos de la ciudad son la avenida Pedro de Heredia, la avenida Pedro Romero, los barrios San Fernando, San Pedro, El Campestre y Escallón Villa.
La mayoría de los registros se concentraron entre los 70 y 75 decibeles en todos los horarios, y una cantidad significativa superaba los 80 decibeles, lo máximo permitido y desde cuyo valor los efectos pueden ser severos.
SIN MONITOREOS PERMANENTES
Cartagena Cómo Vamos (CCV) tampoco pudo conocer el estado de los principales cuerpos de agua de la ciudad porque en 2016 no se realizaron los monitoreos permanentes.
Aunque se obtuvieron mediciones de algunos meses, sus resultados no son comparables con años anteriores debido a que las metodologías y los puntos de muestreos fueron diferentes.
El informe advierte, además, que para evaluar las mediciones se usaron parámetros de 1984, que resultan obsoletos según considera el director del Doctorado en toxicología de la Universidad de Cartagena, Jesús Oliveros. El profesor recomienda actualizar estos parámetros con estándares internacionales.
CCV también señala que los datos del Epa y Cardique no son consistentes y ambos reportaron información incompleta. En resumen, el primero no reportó los coliformes fetales -bacterias- en los cuerpos de agua estudiados y el segundo no explicó la metodología de su monitoreo.
Sobre la bahía de Cartagena, el informe sugiere que es necesario definir normas y umbrales de contaminación actualizados, tanto para el cuerpo de agua como para los ecosistemas asociados y proximales de playas, manglares y arrecifes coralinos.
“Cerca de 2000 toneladas de sedimentos por día descarga el Canal del Dique a la Bahía de Cartagena por medio de grandes plumas de turbidez. Las concentraciones de sedimentos alcanzan hasta 50 mg/l en el sector de Bocagrande. Estos sedimentos reducen la calidad ambiental de las aguas y afectan los servicios ecosistémicos que proveen la bahía y las áreas marinas cercanas, tanto para la pesca como para el turismo”, sostiene el reporte.
Los resultados sobre la calidad del aire fueron similares a los del agua. Es decir, no se pudo conocer el estado del aire para 2016 porque no se realizaron monitoreos permanentes y las mediciones que se hicieron no pueden ser comparadas con las de 2015 porque los equipos de las estaciones de medición estuvieron en mantenimiento y apenas se pudieron usar en algunos meses.
Además de la inactividad por mantenimiento, el informe explica que se deben revisar las ubicaciones de las estaciones para garantizar que las mediciones cumplan con los requerimientos técnicos.
En la actualidad existen seis estaciones ubicadas en la Base Naval, la Zona Franca La Candelaria, la Estación de Policía, Cardique, la Bocana y el EPA.
EL PROBLEMA DE LOS ÁRBOLES
Aunque hace años se habla del déficit de arborización en la ciudad, el EPA no tiene calculados los datos de la cantidad de árboles por habitantes que había para 2016.
El reporte de la entidad apunta que para el año pasado en Cartagena había un aproximado de 58. 500 árboles en el área urbana de la ciudad y que de ellos 15.033 fueron donados o compensados (árboles que se siembran cada vez que se tala uno de ellos).
En el reporte no se detallaron las cifras de árboles talados, por lo que no se pudo obtener una cifra correcta de la relación de árboles por habitantes.
SE INCREMENTA LA PRODUCCIÓN DE RESIDUOS SÓLIDOS
Según datos ofrecidos por Urbaser y Pacaribe, en 2016 se continuó la tendencia al incremento de la producción de residuos sólidos en la ciudad.
En el año se recolectaron 436.259 toneladas de residuos, lo que equivale a que, en promedio, cada persona produce 1,21 kilogramos por día.
EL EJEMPLO DE MEDELLÍN
En los primeros meses de 2017 la capital del departamento de Antioquia decretó una alerta roja por los niveles de contaminación del aire, en el que identificaron un aumento del material particulado (PM) 2,5, que es uno de los más perjudiciales para la salud.
Los niveles de contaminación se lograron identificar gracias a las sofisticadas estaciones de monitoreo permanente del aire en Medellín y por ellas las autoridades pudieron tomar medidas para disminuir el impacto sobre sus habitantes.
Los resultados del informe de calidad de vida de CCV para 2016 dejan una nube de preocupaciones sobre el tema ambiental en la ciudad. La falta de reportes sólidos sobre las condiciones del aire y los cuerpos de agua hacen que los ciudadanos desconozcan la cantidad y el tipo de contaminantes a los que se expone.
Así, la ciudad se muestra rezagada en sus trabajos de monitoreo y prevención ambiental, uno de los puntos que más preocupan a la sociedades actuales debido a las implicaciones que la contaminación tiene para la salud de las personas y sobre el impacto del cambio climático.
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