Con la llegada de la pandemia por el COVID-19 casi todos los sectores económicos suspendieron sus actividades, y con el paso del tiempo algunos fueron haciendo reaperturas bajo autorización de las autoridades y con estrictos compromisos de bioseguridad. Uno de esos gremios que recibió permiso para reabrir sus puertas fue el de las compraventas, que en Cartagena son alrededor de 120.
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La organización que las representa es Fenacoven (Federación Nacional de Compra Vendedores con pacto de Retroventa) seccional Cartagena, pero solo un poco más de la mitad que existen en esta ciudad están afiliadas a ella.
Indistintamente de eso, para todas el impacto por la crisis sanitaria y económica ha sido el mismo y el reporte que entregan es que la afluencia de clientes es casi nula.
“La comercialización se bajó totalmente, ya no viene gente. Esto está muy duro, desde el mes de abril que abrimos a la fecha es como si no hubiésemos abierto porque no tenemos clientes, más del 80 por ciento de la productividad se afectó”, afirmó el administrador de la compraventa Tropical, en el barrio Los Corales sobre la carretera Transversal 54.
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Así mismo, tras una visita hecha a distintas compraventas en diferentes sectores de la ciudad, El Universal recibió como respuesta que el decaimiento de esta actividad comercial era abismal. “Nos está afectando mucho la crisis, si llegan 10 personas solo dos contratan, también nos está afectando el pico y cédula”, expresó otro trabajador en el Paseo Bolívar.
Sobre la difícil situación del gremio, la representante de Fenacoven seccional Cartagena, Gina Castellanos, aseguró que la crisis no es solo aquí sino en todo el país, e incluso algunas han tenido que cerrar definitivamente en otras ciudades.
“Fuimos privilegiados con la reapertura pero las cosas no fueron tan favorables como esperábamos, las ventas han disminuido mucho, los clientes no llegan, la afluencia de personas mermó ostensiblemente”, señaló la vocera.
Trabajadores de este sector esperan que todo mejore.
Prendas y electrodomésticos era lo que más se comercializaba antes de la pandemia. Posterior a ello, la mayoría de los contratos que existían fueron disueltos de común acuerdo entre ambas partes, con cierta flexibilidad entendiendo lo complejo de la crisis económica para todos.
“Las personas fueron haciendo retiros y se llevaron sus artículos. Muchos piensan que la gente llegó corriendo a las compraventas a establecer contratos con sus pertenencias, pero eso no fue así, sucedió y sigue pasando todo lo contrario”, finalizó Castellanos.
Los trabajadores de este gremio, al igual que los de los demás sectores económicos, esperan que la vida retorne a la normalidad para volver a generar ingresos como antes.
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