Mientras algunas comunidades estudiantiles del Distrito pensaban iniciar el año lectivo 2015 con sus edificios escolares totalmente remodelados, la secretaría del ramo les pide tener paciencia, pues son 66 los colegios que se están interviniendo.
En ese sentido se expresó Fredy Quintana de la Rosa, rector de la Institución Educativa José de la Vega, del barrio Santa Rita, en donde una parte de la estructura estuvo a punto de derrumbarse, pero actualmente se encuentra cerrada y sostenida con listones de madera y hierros, esperando ser reforzada.
Mientras tanto, los estudiantes reciben clases en el comedor e intercambian salones con los condiscípulos que ocupan el segundo bloque de la edificación, que, no obstante, también presenta desmoronamiento en los plafones de los pasillos y las aulas.
Quintana de la Rosa manifestó que esa fisuras datan de septiembre del año pasado, fecha desde la cual estuvieron en peligro 700 estudiantes: 350 de la jornada diurna; y el resto, de la vespertina.
Resaltó que entre los salones clausurados está el de Informática, materia que los estudiantes reciben en el comedor, pero la comunidad desconoce cuáles son los trabajos que se piensan hacer, “además de que no sabemos por qué los están ejecutando con tanta lentitud”, añadió el rector.
Irina Junieles Acosta, defensora del pueblo, informó que su despacho envió un comunicado a la Secretaría de Educación del Distrito, con el fin de que se le dé pronta solución al problema, ya que los alumnos no tienen acceso a la biblioteca, porque está siendo utilizada como salón de clases, hay cuatro cursos conviviendo en el patio de recreo, mientras otros reciben clases debajo de unos árboles.
Informó que el año pasado se utilizó el método del pico y placa, mediante el cual un grupo de alumnos asiste a clases, mientras el otro descansa y viceversa, lo que la funcionaria consideró un factor determinante para provocar la deserción escolar.
Esperando una mudanza
De esa misma lentitud se quejaron docentes y estudiantes de la Institución Educativa República de Argentina, quienes aún esperan a que se cumpla el traslado definitivo hacia las nuevas instalaciones que el Distrito levantó en el barrio Villa Rosita.
Como se sabe, esta comunidad recibe clases en una antigua estructura asentada en los predios de la urbanización Anita, y hace diez años se decidió su traslado, en vista de que la firma Transcaribe proyecta construir allí uno de sus portales.
“Mientras tanto, la edificación tiene serias falencias a nivel de baterías sanitarias, iluminación de salones, vigas deterioradas y cerramiento derruido”, relató Carlos Madero Girado, coordinador del plantel.
Es incómodo estudiar así
A finales del año pasado, los estudiantes de la Institución Educativa José María Córdoba, del corregimiento de Pasacaballos, esperaban que el 2015 comenzara con la edificación fortalecida, “pero nos encontramos con que debíamos iniciar clases en medio de las incomodidades propias de una reconstrucción”, afirmó Patricia Martínez, la coordinadora.
Agregó que no se están impartiendo clases con toda la calidad que se debiera, empezando porque el área de Informática se suspendió mientras se termina la remodelación y se habilitan los ventiladores, de los cuales carecen la mayoría de los salones.
“Lo malo es que no tenemos ni idea de cuándo terminarán estos trabajos”, puntualizó.
En terreno ajeno
Primitiva Padilla Barrios, rectora de la Institución Educativa Manuela Beltrán, se refirió a la sede Hijos del Chofer, en el barrio Chile, donde se imparte educación prescolar y primaria básica.
Contó que, desde hace muchos años, la sede tiene problemas de infraestructura, por lo que desde 2008 se le viene solicitando al Sindicato de Choferes de Cartagena que seda la escritura del mismo terreno para reconstruir el plantel.
A parte de la batería sanitaria deficiente, de las vigas fisuradas y de un sistema de alcantarillado que se desborda, la comunidad pide que en la vía principal de Chile, donde funciona la Institución, se instalen reductores de velocidad y las señalizaciones pertinentes, pues el tráfico vehicular es abundante y desordenado, lo que ya ha causado varios accidentes.
Un año de trabajos
Clara Inés Sagre, secretaria de Educación del Distrito, explicó que las obras que se están realizando en los 66 colegios son de tanta importancia que no les es suficiente un periodo vacacional, “y por eso pedimos paciencia y comprensión a docentes, alumnos y padres de familia”.
Resaltó que en cada obra se están poniendo en práctica técnicas de aislamiento, para evitar accidentes entre los estudiantes.
Anotó que en un principio se sabía de las necesidades de remodelación que padecía la I.E. José de la Vega, pero lo que no se había detectado era la magnitud de la situación que presentaba el bloque de diez aulas que ahora están clausuradas, “pero ese colegio siempre estuvo priorizado en nuestros planes de intervención”, aclaró.
Respecto al pico y placa que aplicó el colegio, dijo que ya se tiene un plan de contingencia para poner al día a los alumnos que perdieron clases.
Ratificó que las dificultades para aplicar una remodelación al colegio Hijos del Chofer radica en que se trata de una institución que funciona en una terreno ajeno al Distrito.
En cuanto a la I.E. República de Argentina, manifestó que la primera fase de la nueva edificación ya está terminada, pero lo que ha demorado el traslado del estudiantado es la regularización de la energía eléctrica, “objetivo para el cual ya se le pasó toda la documentación a la empresa Electricaribe y es muy probable que la próxima semana se cumpla la mudanza”, aseguró.
Sostuvo que la segunda fase de la obra (que comprende las áreas administrativas, el comedor, aulas adicionales y el laboratorio) está en construcción; mientras que la tercera fase comprende otras siete aulas y una batería sanitaria, ambas instancias aún en construcción.
“Pero –advirtió--, con lo que ya está construido se puede cumplir el traslado, en cuanto se normalice el servicio eléctrico”.
Anunció que la finalización de las obras que se realizan en los 66 colegios está contemplada para octubre y noviembre del presente año, aunque las que sólo necesitan mantenimiento y adecuación podrían finalizar en marzo.
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