La conformación de tres comités de trabajo para buscarle salidas a los problemas de Bocagrande, Castillo y El Laguito (Bocala), es el primer resultado de la segunda reunión adelantada por los residentes de la zona, a la que asistieron más de cien personas.
También emergió la idea sustraerse del resto de la ciudad, con el propósito de buscar la aprobación para constituir un municipio aparte, integrado por Bocagrande, Castillogrande, El Laguito, Tierra Bomba y Barú, para el cual ventilaron nombres que los unificara como ente territorial, y mencionaron opciones como Bocala, Barú y Tierra Bomba (Lea: Propuesta vial para Bocagrande y Tierra Bomba).
En muchos de los presentes hubo la sensación de que la propuesta es descabellada, pero en otros encajó, cautivados por la idea de tener autonomía administrativa.
LOS COMITÉS
Se consolidaron inicialmente tres comités de trabajo con base en las necesidades más urgentes de la zona.
De tal manera fue creado el Comité de Infraestructura, que estará liderado por Rafael Tono; Espacio Público, encabezado por Jorge Ochoa, y el de Medio Ambiente, con Haroldo Rodríguez (Lea: Recuperan espacio público en Playa Hollywood, Bocagrande).
PLANTEAMIENTOS
La noche del lunes de esta semana, 17 de febrero, se realizó la segunda reunión de vecinos de Bocagrande, Castillo y El Laguito (Bocala) en el Hotel Cartagena Plaza, casi veinte días después de realizado el primer encuentro donde los residentes de la zona expusieron sus puntos de vista sobre los problemas que padecen, y las probables soluciones.
La reunión de antenoche fue una petición del alcalde Dionisio Vélez Trujillo, que Asobocala atendió con el objetivo de que el mandatario estuviera presente, pero finalmente no asistió porque le surgió un compromiso inesperado en Bogotá, que lo obligó a replantear su agenda.
No obstante, los habitantes de Bocala siguieron proponiendo sus ideas de trabajo y organización, para hacer frente a la indiferencia que sienten del Gobierno Distrital.
A raíz de la primera reunión y del anunciado encuentro posterior de la comunidad de la zona con el alcalde mayor, otras asociaciones vecinales de la Localidad 1 manifestaron, por fuera de esta reunión, su interés por participar de este proceso que busca reeditar los derechos que reclaman los ciudadanos de los barrios turísticos.
ASOBOCALA Y JAC
En esta segunda ocasión se insistió en la creación de tres juntas de acción comunal, una por barrio, para empezar a buscar opciones resolutivas al inventario de inconformidades expuestas.
Ignacio De Villarreal, presidente de Asobocala, remarcó que esta asociación vecinal no solo propende por la seguridad de la zona, también por los derechos colectivos de estas comunidades.
Rafael Camacho, presidente de Fedevecinos, expuso la experiencia comunal del barrio San Diego con su JAC, para conceptuar que estos órganos comunales se vician de politiquería, “son un apéndice de la politiquería”, insistió (Lea: Las acciones comunales: ¿por qué y para qué sirven?).
Sin embargo, Alfredo Martínez, funcionario de la Secretaría de Participación Ciudadana, explicó las ventajas que ofrece la Ley 743 de 2002, que regula a las JAC, reparando en que estos entes comunitarios requieren de trabajo constante, y que si los presentes no estaban dispuestos a hacerlo, era mejor no conformarlas.
IMPUESTOS, LA HERRAMIENTA
Entre los residentes de Bocala se está considerando la idea de no pagar más impuestos como forma de protesta ante la Administración Distrital, pues claramente saben que todos constituyen el mayor grupo aportante de los recursos que entran a las arcas del Distrito, y “sin embargo, no nos retribuyen ese esfuerzo que hacemos todos nosotros juntos, con obras para estos barrios”.
También ventilaron la posibilidad de oponerse a más construcciones en la zona, ya que se consideran viviendo entre el desorden, la inmundicia y la falta de autoridad”.
“Solo para la Avenida del Malecón hay aprobadas más de 1.500 habitaciones, y esa sobrepoblación es preocupante”, anotó uno de los presentes (Lea: Esperpentos en el Malecón son usados para pegar carteles).
“Los derechos fundamentales no son negociables, sino exigibles, y aquí tenemos en riesgo nuestra salud por tanta contaminación ambiental y tanto desorden”, complementó una habitante.
El concejal Andrés Betancourt, presente en la reunión, explicó que el dinero recaudado de los impuestos es repartido en toda la ciudad, en las obras que el alcalde estime prioritarias.
“Se necesitan 20 billones de pesos para que la calidad de vida en Cartagena sea equiparable con la de ciudades como Barranquilla o Medellín”, añadió Betancourt.
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