Buscando las huellas de Cecilia Porras

El artista John Castles anda por Cartagena aglutinando las huellas de la artista Cecilia Porras, para dos hechos culturales trascendentes. En primer lugar: la exposición retrospectiva de toda su obra el 9 de octubre de este año en la sede de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño, lograda con mucho esfuerzo a través de amigos, admiradores y familiares de la artista. En segundo lugar: la edición de un libro que reúne obras, artículos, semblanzas, análisis y una cronología de la artista. Castles acompañado del joven investigador David Ayala han recorrido diversos escenarios culturales de Cartagena, tras las huellas de Cecilia Porras. Además de las obras de la artista que se conservan en el Museo de Arte Moderno de Cartagena y en la Universidad de Cartagena, lograron que coleccionistas privados prestaran algunas de sus obras para el acopio crítico que enriquecerá la exposición y el libro. Y entrevistaron familiares y amigos de Cecilia en Barranquilla y Cartagena. Los que sepan de Cecilia Los investigadores han hecho un llamado urgente a in vestigadores locales para que aporten a este propósito de reivindicación de la obra de Cecilia Porras. Aquellos que además de poseer obras de Cecilia Porras tengan datos que alimenten los dos objetivos culturales, pueden comunicarse con la Fundación Gilberto Alzate Avendaño, a la Gerencia de Artes Plásticas (Teléfono 2829491 extensión 228) o escribir al correo electrónico: artesplasticas.fgaa@gmail.com Señales Cecilia Porras perteneció al primer grupo de pintores colombianos que entraron en la modernidad y sus obras muestran la admiración de la artista por Alejandro Obregón. Formó parte del grupo de La Cueva de Barranquilla y como tal diseñó la portada de la primera edición de La Hojarasca, de Gabriel García Márquez, ilustró el libro Todos estábamos a la espera, de Alvaro Cepeda Sarnudio y participó en la película La langosta azul, que se considera el primer experimento surrealista del cine colombiano. Porras fallecida en 1972 había alcanzado notoriedad nacional. Fue descrita alguna vez por Germán Vargas Cantillo como "una cátedra permanente y ambulante de discreción y grandes silencios".