Cultural


Concierto en Getsemaní: espléndido

GUSTAVO TATIS GUERRA

14 de enero de 2010 12:01 AM

Getsemaní celebró el primer concierto musical en la Plaza de la Trinidad. Un logro del festival y la comunidad. La plaza entró en silencio bajo la luz dorada y aparecieron los músicos. LA Plaza de la Trinidad es bellísima por muchas razones: por su atmósfera, su acústica, pero sobre todo, por su tradición y sus seres humanos: allí se gestó la Independencia de Cartagena, allí se presentó hace más de dos siglos un tratado de piano. Es una de las plazas vivas y dinámicas de Cartagena. El concierto de la noche del martes fue espléndido. La comunidad fue ejemplar en su participación y en su silencioso respeto por la música. Había vecinos subidos en las azoteas disfrutando la música. Había niños hipnotizados por el violín, el cello, el piano y la vivacidad contagiosa de Stephen Prutsman, que además de extraordinario director artístico del festival, es un pianista prodigioso. Sus palabras en cada acto fueron cálidas, sensibles, humanas. Los organizadores expresaron en la apertura que se trataba de un experimento cultural en la comunidad de Getsemaní. El logro fue concertado con esa comunidad receptiva, inteligente y democrática. Fue inolvidable escuchar en ese escenario cinematográfico, la voz de la mezzosoprano Katarzyna Sadej interpretando Selecciones de la Suite para Cello No. 1 en Sol Mayor, de Bach; escuchar el violín de Bella Hristova en “Bagatelles para dos violines, cello y armonio”, de Anton Dvorak (1841-1904), las “Siete canciones populares españolas”, de Manuel de Falla (1876-1946) en el cello de Suren Bagratuni; la “Pequeña Serenata Nocturna, K. 526 Allegro”, de Mozart en la guitarra del colombiano Ricardo Cobo, escuchar el Trío Colombita con sus “Brisas de Pamplonita”, de Elías M. Soto (1858-1944) y “Cururu de la Suite Tayrona”, de Sofía Elena Sánchez (1968). El Trío Colombita integrado por Dora “Corita” Rojas (bandola), Oriol Caro (tiple) y Sofía Elena Sánchez (guitarra), sorprendió al público por su destreza instrumental y su versatilidad e ingenio arreglístico: interpretaron a Mozart y se adentraron en la música colombiana del interior y del Caribe, con la petición del público de que les regalaran una nueva canción y cerraron con “La piragua”, de José Barros. En una década de búsquedas y experimentaciones este trío colombiano ha logrado conjugar tradición y modernidad, logrando nuevas sonoridades. Ha representado al país en festivales en el mundo y ha grabado álbumes destacados: “Trío Colombita” (2004), “Respuestas” (2005), “Colombitis” (2006). El trío ganó el premio “Cultura en común”, en 2005 por el proyecto “Musiquiando a lo montañero”. En 2009 fue una de las agrupaciones premiadas por la Orquesta Filarmónica por su proyecto “La fábrica de música”, dentro del programa de Conciertos Didácticos con grupos de cámara, para realizar conciertos en colegios e instituciones educativas en Bogotá.

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