Un vecino de Joe Arroyó me jaló en medio de la multitud de la calle Nariño para enseñarme la casa donde había nacido la canción La guarapera.
De verdad, que en medio del delirio colectivo del homenaje a la intemperie, improvisado y bello, nada libreteado, sin las ocho orquestas prometidas, con sus vecinos parados en medio de la calle y en los pretiles, se evocó a fuerza de sentimiento la vida y obra del hijo mayor de la barriada y la gente aplaudió a la alcaldesa Judith Pinedo cuando dijo: “Aquí nació el músico más grande que ha parido Colombia, en Nariño y la calle se llamará como han querido sus vecinos: La calle del Joe, desde este lunes”.
Álvaro Barbosa, un vecino de la Calle Bogotá, que le lleva tres años a Joe, lo recordó “elegante, siempre vacilando, rítmico”.
“Ojalá este homenaje sirviera siquiera para arreglar la calle donde se crió el Joe”.
“El musicólogo Enrique Muñoz recordó que en ese barrio llegaron en 1930 los palenqueros y crearon un reducto en la comunidad cartagenera. Esa cultura palenqueera influyó en la música y en el ritmo del niño Joe.
El escultor Omar Medrano presentó en el homenaje una pequeña escultura de Joe Arroyo que “ojalá sirviera de imagen de la plaza que hoy llevará su nombre”.
El joven cantante Jordi de la salsa se lució con la interpretación de las canciones Rebelión y Manyoma.
El cantante y compositor de champeta, Viviano Torres, Anne Swing, dijo que el próximo jueves, “despediremos al gran Joe con el ritual funerario y palenquero del lumbalú, desde las siete de la noche”.
Mercedes Riveros Tapias, de 53 años, vendedora desde hace 15 años, y presidenta de la Junta de Vivienda Comunitaria de Villa Hermosa, dijo que “todas las canciones de Joe me gustan, pero especialmente En Barranquilla me quedo”.
Ana, una vecina de Joe lamentó que la vida fuera tan absurda con el artista Joe Arroyo: “Cartagena sólo pudo ofrecerle los ocho bares de Tesca para que cantara desde niño. Ahora le ofrece después de muerto el nombre de una plaza y una calle donde vivió sus primeros trece años de vida. Todo esto es triste, pero nosotros lo ocultamos bailando y cantando. Y es el homenaje que Cartagena le hace al más grande músico de los últimos cincuenta años”.
De las lomas de Nariño no cesaba de bajar gente atraída por el homenaje a Joe.
Música que es desde hace cuatro décadas, patrimonio emocional de los cartageneros y ahora de todo el país. El hijo más grande del barrio Nariño es la bandera que enarbolan sus vecinos para reclamar por mejores condiciones de vida en la comunidad.
“Joe hizo lo suyo. Ahora le toca a las autoridades”, dice uno de sus vecinos Gustavo Castellón.
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