Falleció el historiador Apolinar Díaz-Callejas

A sus 89 años de edad, falleció en Bogotá, el gran historiador del Caribe colombiano Apolinar Díaz-Callejas, reconocido intelectual y diplomático. Nacido en Palmito, Sucre, pero criado en Colosó, en 1921, Díaz-Callejas estudió Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad de Cartagena. Fue Senador de la República, Ministro de Estado, gobernador de Sucre, profesor universitario y activista internacional sobre democracia social, Derechos Humanos, paz y solidaridad entre los pueblos. Su obra es vastísima en el campo de la historia, el estudio de la Reforma Agraria, las relaciones entre Colombia y Cuba, la globalización, y el destino político de América Latina. Se destacan: “Los retos de la globalización: ensayos en homenaje a Theotonio Dos Santos”, “La Reforma Agraria en Colombia, Venezuela y Brasil” (Nuestra costa Caribe y el problema agrario), “Colombia y Cuba: del distanciamiento a la cooperación”, “Problemas globales y América Latina”, “Sobre la Mojana”, “Del agua y el hombre”, “Colombia-Estados Unidos: entre la autonomía y la subordinación. De la Independencia de Panamá” (Finalista en el Premio Planeta de Historia, 1996). Díaz-Callejas fue condecorado con la Orden del Congreso de Colombia, grado Gran Cruz con Placa de Oro; Orden Bernardo O´Higgins, de la República de Chile, grado de Comendador. Realizó para la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO y el Parlamento Andino estudios sobre Derechos Humanos. Invitado por la Organización de Naciones Unidas, ONU, a la Conferencia Mundial La paz en el Medio Oriente y el conflicto palestino. Miembro de la Academia Colombiana de Historia, Academia de la Historia de Cartagena de Indias y de la Comisión Andina de Juristas. Intelectual sensible y humanista y analista comprometido con la causa de los desposeídos, Apolinar Díaz-Callejas escribió muchas crónicas y columnas de opinión sobre la orfandad de las regiones que conforman La Mojana, y sobre Colosó, tierra de sus profundos afectos, a la que donó su biblioteca personal. Pero además era un crítico lúcido sobre la realidad sociopolítica y cultural de Colombia.