Cultural


Fue lanzado en Bogotá el XXV festival de la música colombiana

COLPRENSA

25 de febrero de 2011 09:07 AM

Por primera vez este escenario de la capital abrió las puertas a uno de los mayores encuentros musicales de nuestro país, reuniendo representantes de las viejas guardias y promesas de la melodía. Cerca de 1.300 personas, en un auditorio casi completo, fueron cómplices de esta velada, punto de partida del reconocimiento que este año se le hará al desaparecido dueto Garzón y Collazos.
La presidenta ejecutiva de la Fundación Musical de Colombia, y anfitriona del evento, Doris Morera de Castro, agradeció al auditorio del Teatro por estar presentes en esta edición del Festival, tras lo cual inició una noche que prometía ser mágica y que, en efecto, cumplió con su objetivo: dar un cálido inicio a la edición 17 del Concurso de Duetos ‘Príncipes de la Canción’ y a la 14 del Concurso Nacional de Composición ‘Leonor Buenaventura de Valencia’.
“Invito a todos ustedes a que programen a Ibagué para el puente festivo de San José, en marzo”, expresó Morera, emocionada por este aniversario y, además, por su condecoración con la orden ‘Ciudad de Ibagué’, otorgada por el alcalde de la ciudad, Jesús María Botero.
Una noche surtida
El inicio estuvo a cargo de un grande, un recordado, el maestro Víctor Hugo Ayala, quien con su voz de tenor, que nunca perdió con el tiempo, interpretó su versión del himno de la República, acompañado por el también consagrado organista Jaime Llano González. El bunde tolimense y El Hurí, himno de la Fundación Musical de Colombia, fueron también atentamente seguidas y aplaudidas por los asistentes.
A esta presentación le siguió la del coro infantil Jardines Musicales para la Convivencia, al que se unió la orquesta de la academia Musical Scale, integración que motivó a los espectadores a reconocer el talento de unos niños que evocan los más fieles sentimientos a la región, con interpretaciones como la de ‘Ibagué, sueño encantado’, en la que actuó como solista la joven Angie Tatiana Franco.
Continuando con ese buen listado de intérpretes, aparecieron en tarima las elegidas ‘Princesas de la Canción 2010’: Trapiche Molé, quienes con esa voz dulce y a la vez potente que las caracteriza dejaron claro que su reinado no acabará.
Luego de ellas vino otro magistral: Luis Enrique ‘El Negro’ Parra, quien arrancó aplausos al demostrar su destreza en el manejo del tiple, como lo hace siempre este tolimense de pura cepa. Su calidez a la hora de recibir la ovación del público fueron valores agregados.
El dueto ‘Rojas y Mosquera’ subió a la tarima a dar el testimonio de que las canciones tradicionales pueden pasar del amor a la picardía; así lo hicieron saber cuando, luego de cantar ‘La carta’, aumentaron el ya ascendente agrado del público con otra melodía, para que la deuda quedara completamente saldada.
Vendría otro glorioso dueto condecorado: ‘Lara y Acosta’, un par de príncipes de la canción proclamados como tales en 2001. Su mensaje principal fue el sentido de pertenencia hacia el departamento (Tolima) y lo que a él nos aferra. Motivó a no dejar nunca la tierra con un ‘De aquí no me voy’.
Antes del final había que dar cabida a otros dos grandes de la música, que aún tienen vida para cantar y contar: Silva y Villalba, que impusieron grandes clásicos como ‘Pescador, lucero y río’, ‘Al Sur’ y ‘El Barcino’. Infortunadamente, debido a una intervención quirúrgica de la que se recupera, el maestro Álvaro Villalba no pudo recibir en presencia este reconocimiento.
El patriotismo y el amor por lo propio llegaron a su máxima expresión, para dar cierre de broche de oro a la jornada, con La Gran Rondalla Colombiana, un conjunto de cinco voces que se dieron el lujo de agradar al público con un acompañamiento instrumental impecable. En su responsabilidad quedó transmitir la esencia que alguna vez pudieron transmitir en vida Garzón y Collazos y que se confirmó con ‘Soy colombiano’,  que hizo que todos se unieran en una voz.

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