Hernán Díaz, artista de la fotografía

Retrataba el alma... Detrás del lente había un artista capaz de atrapar el instante único y eterno. Hernán Díaz no sólo fue el gran maestro de la fotografía en Colombia, sino uno de nuestros mejores retratistas. Basta mirar una sola foto de Hernán Díaz para encontrar en ella el rastro del alma de sus personajes. Nacido en Ibagué en 1931 y vinculado entrañablemente a Cartagena de Indias y al Caribe colombiano, Hernán Díaz hizo visible a la Cartagena mulata y afrodescendiente y captó momentos inolvidables que hoy son parte del patrimonio visual de los colombianos. Su trayectoria es sorprendente e insoslayable en la historia del arte de la fotografía: Realizó sus estudios en el Instituto de Altos Estudios Cinematográficos (IDHEC) de París y en Westport University. Su primer libro “Seis artistas contemporáneos” (1963), lo hizo en compañía de Marta Traba. Luego siguieron: “Cartagena morena” (1972), “Diario de una devastación” (1979), “Las fronteras azules de Colombia” (1982), “Casa de huéspedes ilustres de Colombia” (1985), “Cartagena de siempre” (1992) y “Retratos” (1993). Creó Memorabilia, la primera tienda galería de fotógrafos de arte en el país. Su obra mereció premios y menciones a nivel nacional e internacional, como la Bienal de Venecia. “Desde 1982, una selección de cien de sus mejores fotografías recorre el mundo en una exposición itinerante con el nombre de "Documentos de identidad". Durante la década de los años setenta fundó el Taller de Fotografía, donde más de quinientos alumnos aprendieron su arte y su técnica”, ha escrito Camilo Calderón. “Por su trabajo, Hernán Díaz ha recibido numerosas distinciones, desde el Premio Nacional de Fotografía Federico Hecht (1968), hasta el Primer Premio del Concurso Mundial de Carteles (1980), en Venezuela. Aunque su obra es muy amplia y su permanente inquietud estética lo ha llevado a indagar en los más diversos campos del arte, como la pintura, el cine, la docencia y la crónica ilustrada, es en la fotografía de escenas y de las gentes colombianas, y particularmente en el retrato, donde Hernán Díaz imprime un sello especial que lo distingue de sus contemporáneos y le ha permitido dejar el más humano y sensible documento visual de su época en Colombia”. Hernán Díaz fue corresponsal de Time, Fortune, Life, entre otras. Fue el primer fotógrafo colombiano de quien el Museo de Arte Moderno de Bogotá organizó una muestra individual. Era ácido y ortodoxo en sus criterios. Sobre la sociedad colombiana dijo para la revista virtual Con-Fabulación: “Es una inmensa alcantarilla que ha fomentado la injusticia perpetua”. “El fotógrafo es un voyeur y como todos los mirones debe acostumbrarse a que lo echen de la fiesta. Su presencia enrarece la atmósfera de los lugares y parece capaz de desnudar rostros y ciudades”.