Cultural


Hoy, Las Alegres Ambulancias

GUSTAVO TATIS GUERRA

09 de abril de 2012 12:01 AM

El Teatro Adolfo Mejía es el escenario cultural de la Cumbre de las Américas, desde hoy y hasta el 14 de abril. A las 8 de esta noche en el Teatro Adolfo Mejía, se presentarán  Las Alegres Ambulancias. Entrada libre. Se inicia esta agenda cultural de la Cumbre de las Américas, organizada por el IPCC y el Ministerio de Cultura.
La voz de Graciela Salgado Batata despierta a los muertos. Por algo ella y su grupo de mujeres, todas mayores de setenta años, bautizaron a su grupo Las Alegres Ambulancias. Pero la razón mayor es que sus cantos provienen del Lumbalú, el ritual funerario de Palenque. Son cantos de despedida de los muertos. Ella es la reina de la estirpe de los Batata que han perpetuado la tradición de resonar el tambor Pechiche. Escuchar a los Batata es un privilegio de los dioses. La primera vez que yo escuché estos cantos quedé petrificado y fui tras ellos hace ya casi treinta años, preguntando por José Valdés Simanca, Simancongo, el Rey de la Marímbula. Me acogió en su casa y me dio una lección de vida tocando los flejes metálicos de su marímbula y resonando aquellos cantos ancestrales con su bella y recia voz de patriarca de su Sexteto Tabalá. Supe aquel día que los tamboreros los enterraban con sus propios tambores y que el toque de tambor en pleno funeral era la manera más profunda y sagrada de ponerse a llorar. Un día quise traerme un tambor pechiche a casa solo por el placer de verlo allí en un ámbito de silencio, y blancos agoreros que se me atravesaron en el camino y me quisieron convencer de que no lo hiciera porque era un tambor funerario. Los tambores anuncian la vida y la muerte en Palenque. No hay ningún instante de la vida ceremonial de los palenqueros que no se haga con tambores. Porque son sagrados como las lágrimas y el sueño de Benkos Bioho.
La muerte hay que mirarla siempre con los ojos bien abiertos. Y sin ningún temor. El arte de vivir es el arte de saber morir, me dijo una noche el poeta Héctor Rojas Herazo. Eso es lo que han hecho estas mujeres de Palenque: cantarle a la vida más allá de la muerte. Y socializar una música que era un privilegio secreto e íntimo de los palenqueros. Cuando visité a Graciela en su casa de Palenque pensé que ella era heredera de las mujeres cimarronas que escaparon de la impiedad de los esclavistas españoles y en la correría hacia la libertad llevaban semillas ocultas en el pelo duro esperando encontrar la tierra fecunda para sembrarlas en la tierra.
Los niños de Palenque nacen a punta de tambor  y afinan su alma con una música dulce que no acaba de entristecernos, una música que habla de la muerte como el asunto más natural del mundo, una mala e irremediable costumbre de la que hablaba otro poeta, pero es una música sentida que nos convida a sonreírle a la vida a pesar de la muerte.
Las Alegres Ambulancias irrumpieron en el escenario nacional e internacional desde 1980, pero se han retroalimentado con una tradición de cinco siglos de resistencia cultural.
Cinco generaciones de Batata prosiguen la herencia del tamborero Paulino Salgado Batata, ahora en manos de Tomás Teherán Batata, hijo de Graciela. Interpretan bullerengue, lumbalú, puya, pajarito, sexteto, chandé.
Una de las canciones de Las Alegres Ambulancias es La maldita vieja, compuesta por la finada Dolores Salinas. Muchas de estas canciones pueden escucharse gracias a las grabaciones que hizo Lucas Silva en Palenque. Esta noche la audiencia podrá escuchar canciones como “Macaco mata el toro”, “El niño”, “La petronita libare” y “Rondas palenqueras”, entre otros.



Agenda gratuita

Esta programación  promovida por el IPCC y el Ministerio de Cultura, se cumplirá en el Teatro Adolfo Mejía, a partir de las 8 p.m.

10 de abril: María Barilla
11 de abril: Colegio del Cuerpo
12 de abril: Seresta
13 de abril: Colectivo Periferia
14 de abril: Caribe salsa y pacífico.


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