A sus 91 años falleció la legendaria cantante y compositira Esthercita Forero, ícono del Carnaval de Barranquilla. Sus exequias se cumplirán a las 4 de esta tarde en Jardines del Recuerdo, en Barranquilla.
Era un ícono del Carnaval de Barranquilla. Encarnó la alegría, la gracia y la imaginación del carnaval, y a ese patrimonio exaltó con su voz y sus canciones.
Esthercita Forero falleció el viernes a las 6:15 de la tarde en la Clínica La Asunción, en barranquilla.
Fue su amigo, el locutor Gustavo Castillo García quien la bautizó La Novia de Barranquilla. Así se convirtió a lo largo de su fecunda y maravillosa existencia: en la novia emocional de las tradiciones festivas. Esthercita nació en 1919 en el Barrio Abajo y en su infancia vio llegar los barcos de vapor que atracaban en el muelle cercano. A sus 4 años empezó a cantar y recitar poemas. En una tarde de carnaval, siendo muy niña, se perdió en una Batalla de Flores y la multitud la rodeó para celebrarle su gracia y encanto. A sus 14 años cantó ante la mezzosoprano Rosita Lafourie, quien había estudiado en la Academia de Milán. Debutó en los estudios de la Voz de Barranquilla. Las giras de la cantante empezaron por todo el país como agente viajera de los laboratorios de Walter Carroll. Interpretaba boleros, flamencos, tangos, bambucos, pasillos. Conmovió a su audiencia en Cartagena, Medellín, Cali, Pereira, Bucaramanga, Bogotá, entre otras ciudades. Actuó en Radio Estrella de Panamá, acompañada del pianista Avelino Muñoz. Debutó triunfalmente en Venezuela. En 1949, emprende una gira por Santo Domingo, Puerto Rico, Cuba, Estados Unidos, México, Centroamérica. Compuso el bolero Santo Domingo, en 1950. En Puerto Rico se encontró con Rafael Hernández y grabó con él varios discos bajo la dirección del maestro. Fue un rotundo éxito que la llevó a nuevas grabaciones y composiciones propias y a participar en los coros del famoso Cuarteto Los Universitarios. En Nueva York y en Cuba, Esthercita ya era una celebridad. En Nueva York grabó con René Tousett, Bimbi y su Trío Oriental, el Trío Maravillas, de Jhonny Rodríguez, y celebridades como Mario Bauzá y Tito Puente. Regresó a Colombia en 1959 y se refugió en su barrio de infancia. Grabó en Bogotá el bolero Ni una palabra. Compuso temas que grabaron Aníbal Velásquez, Joe Arroyo, Gabriel Romero, Alfredo Gutiérrez, Nelson Henríquez, la Billo´s Caracas Boys, Pacho Galán, Clímaco Sarmiento, Juan Piña, Los Vecinos de Santo Domingo. Canciones suyas como La Luna de Barranquilla, forman parte de la memoria emocional de Barranquilla y el país. En 1968 interrumpió su actividad intensa luego del asesinato de su hijo Iván. Se encerró en su casa y en su inmenso dolor. Cinco años después reapareció. Ganó 5 Premios en el Festival de la Canción Colombiana en Villavicencio. Compuso obras de gran nostalgia y arraigo popular como Mi vieja Barranquilla, El caño de la Ahuyama, Los barcos del Magdalena, Tierra barranquillera, Sin lugar en el cumbión, El bautizo, Como aquellas abuelas, entre otras. Impulsó el desfile de la Guacherna hasta que se convirtió en referencia obligada. Compuso La Guacherna, grabada en 1981 por Los Vecinos. El Congreso la distinguió con la Orden de la Democracia Policarpa Salavarrieta, como una de las cien mujeres más destacadas del país.
Al escritor Álvaro Suescún, autor de una semblanza biográfica de la artista, Esthercita le confesó que cuando llegara la muerte su voluntad para ese día era “un gran silencio sobre el que repiquen sólo las campanitas curramberas silenciadas hoy en las iglesias, que suenen alegres unas veces, otras lentas, a manera de despedida, con muchas oraciones, sí, para acompañarla en su deseo de ir hacia el Señor feliz, tranquila, serenamente”.
Su música
"Mi vieja Barranquilla" (1974), "Luna barranquillera" (1963), "La Guacherna" (1976), "Volvió Juanita" (1978), "Palito 'e matarratón" (1964), "Tambores de Carnaval" (1978), "Nadie ha de saber" (2002), "El hombre del palo", entre otros.
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