Cultural


Una aventura cultural frente al río

GUSTAVO TATIS GUERRA

07 de septiembre de 2009 12:01 AM

La gente tiene sed de convocatorias culturales como la que vivió Mompox con su festival de cine. Sus organizadores empezaron a trabajar en el festival de 2010. El afiche del próximo año será la mejor foto lograda por la misma comunidad. Fueron días deslumbrantes. Un río de imágenes frente al Magdalena, al pie del agua, un cine bajo las estrellas de Mompox. Algunos creyeron que se trataba de un sueño desmesurado del cineasta y escritor Juan Carlos Ensuncho, pero al cabo de dos años, el Festival Internacional de Cine Independiente de Mompox, ha consolidado sus pasos como proyecto cultural y se ha arraigado en la comunidad. La junta directiva del Festival Internacional de Cine Independiente de Mompox integrado por Juan Carlos Ensuncho, Adriana Echavarría, Jairo Ayola Gómez, Luis Augusto Vacca, Roxana Lombana, María José Randial, Pedro Blas Julio Romero, compartió con El Universal las nuevas aperturas culturales de este evento. El público se desbordó y triplicó este año en el Festival Internacional de Cine Independiente de Mompox en tres plazas simultáneas: en Santa Bárbara, La Concepción y San Francisco. Se instaló una pantalla de última tecnología para el gozo supremo del cine. Las cincuenta sillas de hace dos años no alcanzaron por supuesto. Había gente agolpada bajo las ramas de los suanes, en las terrazas, había niños de la mano de sus abuelos y abuelas trayendo su mariapalito o su mecedora mompoxina para la función vespertina. “Las imágenes de las exhibiciones de las películas, la atmósfera humana que rodea el acto de presentar cine al aire libre, son imágenes de ensoñación”, confiesa Juan Carlos Ensuncho. “Además de cuatro días de cine se cumplieron los Conversatorios Libertarios, unas jornadas pedagógicas abiertas al debate formador y sensibilizador, este año se consolidó la imagen del festival a través de la estatuilla de la libertad, basada en el monumento a la libertad en Mompox, diseñada por la artista Roxana Lombana. Para 2010 el país invitado será la Gran Colombia, nombre con que el Libertador Simón Bolívar visionó nuestro mapa republicano, pero por supuesto, el cine no tiene esos propósitos, el cine hermana lo que la política separa y distancia. Bolívar reconoce la participación de cuatrocientos mompoxinos en la gesta independista”. El balance de 2009 es sencillamente providencial y el mejor de los augurios. Un festival que se hace con el presupuesto de la imaginación y que no cuenta con grandes apoyos económicos. Hacerlo este año costó sólo 33 millones de pesos y su impacto se proyectó sobre cien mil habitantes. Hay gratitudes para la Secretaría de Educación del departamento, Gobernación de Bolívar que respaldó el festival, el apoyo del ministerio de Cultura con dos pasajes de Bogotá, el apoyo logístico de la Alcaldía de Mompox en el sonido, y la hospitalidad ancestral de los mompoxinos, además de personas y amigos que hicieron posible que todo fluyera de manera armónica. El afiche del próximo año saldrá de la mirada de las fotos que la misma comunidad espectadora hizo del festival de 2009. El Universal conversó con el equipo humano que hace posible esta aventura frente al Río Magdalena: Se presentaron 117 películas seleccionadas, 130 audiciones, 8 largometrajes, 43 cortometrajes en competencia, 35 cortometrajes de ficción, 5 cortos documentales, 3 de animación, 5 videos realizados en celulares, 12 películas del cine vasco, 6 documentales sobre compositores colombianos, 12 países y 4 noches bajo la luna mompoxina. Todo gratuito. El mismo día de la apertura del festival cinematográfico arribaron a Mompox cuarenta obispos. No se sabía en la comunidad qué relación existía entre el acontecimiento eclesiástico y el espectáculo del cine bajo las estrellas, pero todo parecía conjugarse en los misterios y paradojas de Mompox. “Es que el cine es una religión”, dice riéndose Juan Carlos Ensuncho, para quien una imagen frente al río, llena de esplendor y sugerencia tiene la dimensión de un milagro forjado con la iluminación de los sentidos. Las monjas recorriendo las calles de la Hidalga Villa de Mompox y los niños llevando sus mecedoras para ver cine, era en esencia, un episodio del filme de la cotidianidad bajo la luz de agosto. El festival elevó sus alas.

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS