Vecinos del Portal de Los Dulces cuestionan las modificaciones que se le hacen y las obras de restauración al edificio antiguo Magali Paris y denunciaron que tal proyecto estaría por fuera de los límites que la licencia de restauración, otorgada por la Curaduría Urbana N°2 de Cartagena.
La edificación renombrada como Hotel Santa Catalina, de tres pisos y un altillo, según el aviso de Curaduría Urbana, se interviene desde 2012. Este inmueble hace parte de la cadena hotelera Wyndham Worldewide.
En la resolución que entrega la licencia, se especifica que el proyecto de reconstrucción recibió un concepto favorable por parte de la División de Patrimonio Cultural del Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena (IPCC).
El documento señala los conceptos de restauración y adecuación descritos en el Plan de Ordenamiento Territorial de Cartagena y en el Decreto 1469, que reglamenta las licencias urbanísticas. “Restauración es la autorización para adelantar las obras tendientes a recuperar y adaptar una edificación (...) garantizando en todo caso la conservación de los valores urbanos, arquitectónicos, estéticos e históricos”, indica el texto.
Además, en la definición de “adecuación”, se menciona entre otras cosas, que “no se permiten obras de ampliación”.
Andrés Piedrahíta, copropietario de el edificio Torre del Reloj, aledaño a la construcción, reveló que la edificación fue demolida al interior y que de continuar afectaría la vista de edificios cercanos y el plano visual de la Torre del Reloj.
“Este proyecto atenta contra el patrimonio, están ampliando en altura, tapan las áreas de ventilación, las áreas de luz y visuales y la funcionalidad del edificio (Torre del Reloj)”, aseguró Piedrahíta.
El copropietario envió una solicitud de revisión al IPCC que luego de hacer una inspección ocular no dio más respuesta a la petición. Por tal razón Pedrahíta radicó una carta en la Procuraduría Provincial de Cartagena en la que pidió la revisión del proceso e indicando el actuar indiferente del IPCC, que ha permitido la continuidad de la obra, que evidentemente afecta al patrimonio.
Andrés Piedrahíta también denunció un posible soborno por parte de los ingenieros a cargo del Hotel Santa Catalina que, tratando de detener el actuar del afectado, ofrecieron un espacio de la terraza del nuevo establecimiento.
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