Adela Taborda vive hace más de tres años, con una hija y dos nietas, en la torre 25 de la manzana 76 de Ciudad de Bicentenario. Para ella, tener su vivienda propia fue una dicha pero nunca se imaginó que en ese hogar donde pensó tener tranquilidad, más bien tendría dolores de cabeza.
La mujer, junto con otras de la misma torre, denunciaron que las viviendas tienen fallas en su estructura desde que las entregaron. El principal problema que aqueja a Adela son las grietas que se están formando en su casa.
“Estoy en el último piso y mi casa se viene rajando de afuera hacia dentro. Cuando prenden equipos de sonido o hace mucha brisa se empieza a mover y nos da miedo que, Dios no lo quiera, la casa en cualquier momento se vaya a caer. Mis dos nietos están pequeños y esto también es un peligro para ellos”, dijo Adela.
“Miramos las fallas”
Marilyn Pasco, otra residente de la torre, aseguró que desde que le entregaron la vivienda se dio cuenta de las fallas de la edificación y las puso en conocimiento a la Fundación Mario Santo Domingo, entidad que entregó las torres, que hacen parte de un proyecto de vivienda de interés social.
“La varillas estaban por fuera, hay grietas en algunas viviendas, no colocaron los extintores para casos de emergencia, las tuberías se filtran y en algunas ocasiones se han tapado porque por dentro, cuando estaban construyendo, les dejaron trapos y piedras. De eso somos testigos los habitantes de esta torre porque nos tocó mandar a destapar la tubería y nos dimos cuenta de todo lo que sacaban”, manifestó la mujer.
Agregó que el agua potable en esta comunidad también es precaria, ya que tienen albercas que funcionan con motobombas y cuando la luz se va, quedan sin el líquido.
“Cada vez que ponemos una queja, nos contestan que aquí vive gente desordenada y dañina, y puede que sí, pero eso no quita las condiciones dignas en las que como personas debemos vivir”, indicó otra residente.
Peleas entre vecinos
Adela y Marilyn aseguraron que la filtración de agua por las tuberías, que parecen ser de mala calidad, también ha generado discordia entre los vecinos.
“Cuando mi vecina lava y bota agua por la tubería que colocaron para que salgan las aguas residuales, la casa de abajo se ve afectada y si llueve es peor porque por al plafón de último piso le queda agua estancada y se empieza filtrar por todo el edificio. Eso hace que la estructura se humedezca y también se deteriore”, puntualizó Marilyn.
Quieren solución
Según los residentes de la torre 25 lo ideal en este caso es que se haga una interventoría, que muestre si hay o no problemas estructurales. El Universal se comunicó con la directora de este proyecto de la fundación Mario Santo Domingo para saber si tienen conocimiento de las denuncias, pero al cierre de esta edición no se obtuvo respuesta.
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