Brazadas de ilusión

Camilo José Salgado Bustillo es un joven especial, de 16 años, que como todos los de su edad, tiene sueños de grandeza. Es el último de cuatro hermanos. Se enamoró de la natación viéndolos a ellos, sanos y fuertes, devorar me-tros en el agua. Fue tanto su interés por aprender a nadar que le rogó a su madre, María Elena Bustillo, que lo llevara al Complejo Acuático Jaime González Johnson a entre-nar. Y así se fue haciendo, así fue perfeccionado su estilo, de la mano del entrenador Saúl Girón. Hoy, es un pez en el agua, sus brazadas y su estilo lo reafirman. Recientemente, representó a Bolívar y ganó medalla de plata en 25 me-tros y bronce en 50 en los Juegos Nacionales Fides, realizados en Medellín. Su brillante actuación le valió hacerse a un cupo para representar a Colombia en las Olimpíadas Especiales-Juegos Australes Iberoameri-canos, que se realizarán del 25 al 30 de septiembre en Buenos Aires, Argentina. Camilo José tiene los ojos pequeños, una sonrisa tierna y da gusto mirarlo en las cristalinas aguas del moderno escenario, entrenando sin cansarse, brindándole la feli-cidad a su madre. Ya en competencia, cuando se siente sobrado, parece burlar-se de sus oponentes. Nació con Síndrome de Down, pero eso no ha sido impedimento para que él pa-se la mayor parte de su tiem-po en la piscina, jugueteando y rescatando la alegría que el destino quiso robarle. “Siempre le gustó nadar y lo he apoyado al máximo. El profesor Girón le ha enseña-do a nadar con técnica depu-rada”, asegura doña María Elena, quien vive a placer cada actuación de su último retoño. “Voy por el oro allá”, ase-gura Camilo José, mientras inclina la cabeza aceptando las indicaciones de su entre-nador. Camilo José cursa séptimo grado en el colegio Antares de Cartagena, recibe apoyo peda-gógico en la Fundación Esco y participa en el Taller de Mantenimiento Físico con el profesor Wilfrido Castillo. Él está feliz, no se cambia por nadie, pues será el único bolivarense en la delegación colombiana, integrada por 60 atletas, que estará en Argenti-na. Siempre, después de cada prueba, Camilo José es aplaudido por el público. El destino le abrió sus puertas y le dio la virtud de nadar y de ser el mejor nadador de Bolí-var, como él mismo lo asegu-ra: “soy bueno, soy el me-jor”.