El Once enreda su camino: empató 0-0 con Libertad de Paraguay en la Copa Santander

Se habrían podido quedar jugando toda la noche y el partido no habría cambiado. El Once tirando, entregando mal la pelota o tirando pelotazos, y Libertad, pegado a su arco, esperando un error del local para poder marcar diferencia. De ahí el desespero en las gradas. Los hinchas, ansiosos, veían cómo pasaban los minutos y su equipo en vez de mejorar, de arrinconar al rival, poner condiciones y generar las opciones, parecía deambular por la cancha. Anoche, en la primera confrontación de la llave ocho de los octavos de final de la Copa Santander Libertadores, Once Caldas soportó un empate 0-0 con Libertad de Paraguay, juego disputado en el Palogrande ante unas 15 mil personas. La serie está igualada y se definirá el próximo jueves en Asunción (Paraguay). Anoche, Once Caldas dejó escapar la posibilidad de marcar diferencia en la llave por sus propios errores. Si bien se encontró un rival que se paró con doble línea de cuatro defensores y es claro y rápido para atacar, fue el Once el que se fue diluyendo en un mar de errores que lo llevaron a ceder terreno como local y a ser acosado por los aficionados. En la primera parte fue lento y pasivo. Jugó al ritmo del rival y no supo descifrar la doble línea defensiva de los paraguayos. Quizá, el arranque fue exitoso porque Luis Núñez llegó y tiró el centro, y fue el primer susto para el rival. JUGANDO AL REVÉS Jaime Castrillón, quien jugó como armador, lucía distraído, perdido. Por eso el juego empezó con Jhon Valencia y Diego Arias, pero a un ritmo que desesperaba en las gradas y le favorecía al visitante. En ese primer tiempo, un cabezazo de Fernando Uribe, a los 5 minutos, pudo ser gol, pero el goleador no estaba. Para el segundo tiempo, Libertad presionó algunos minutos, pero nada más. En el Once, llegó Santoya al campo, pero el equipo seguía acusando la necesidad de un armador. Por eso se fue Castrillón. Luego entró Sebastián Hernández por Diego Amaya y se reacomodaron las posiciones, pero el entusiasmo duró sólo unos minutos porque volvieron los errores. Demasiado transporte de pelota, malas entregas y pelotazos en excesos, mientras el rival jugaba con comodidad. Sin embargo, Fernando Uribe en dos ocasiones y Dany Santoya, quien estrelló un remate suyo en el horizontal, tuvieron para definir el juego y no lo hicieron. A pesar del mal partido hubo con qué ganar el compromiso. Pablo Gamarra, para el visitante, también le pudo dar la victoria a Libertad a los 6 minutos del complemento cuando un disparo pegó en el palo. El próximo jueves la cita es en Asunción, donde se voltearán la situaciones, Libertad, el defensivo, tendrá que proponer, y el Once, que necesita espacios, podría esperar y contragolpear. Allí se decidirá la llave.