El suizo Joseph Blatter, reelegido el miércoles en Zúrich para un cuarto mandato al frente de la FIFA, señaló tras recibir el apoyo de 186 asociaciones de las 203 que votaron, que ha recibido "bofetadas" pero con las reformas que preconiza no espera más batallas.
Blatter consiguió, tras ser elegido, que el congreso votara favorablemente su propuesta de que la asamblea de las 208 asociaciones nacionales sea la encargada de designar los Mundiales en el futuro, en lugar de los 24 miembros del comité ejecutivo como hasta ahora.
Asimismo, logró que la asamblea de la FIFA aprobara también la propuesta de crear una comisión de ética independiente, elegida por el propio congreso, en lugar de la actual, en la que el secretario general jugaba un papel importante.
Los problemas de acusaciones de corrupción surgidos en los últimos meses tuvieron su origen en denuncias de presuntos sobornos a miembros del comité ejecutivo en las elecciones de Rusia y Qatar para organizar los Mundiales de 2018 y 2022, el pasado 2 de diciembre.
En las presentes elecciones a la presidencia de la FIFA, el catarí Mohamed Bin Hammam se retiró después de que la comisión de ética le suspendiera por un presunto intento de corrupción mediante la compra de votos, a lo que el asiático respondió acusando al organismo ético de falta de independencia.
"Ahora contamos con los instrumentos necesarios para restaurar la credibilidad de la FIFA. Necesitábamos actuar para hacer frente a los ataques, puede que incluso justificados. Hemos encajado golpes, yo incluso bofetadas, pero ya no las voy a encajar más porque hemos hecho los necesario para que haya transparencia", señaló Blatter.
"Ya no me espero más batallas. ¿Por qué? Porque empieza un nuevo capítulo. El mensaje ha sido muy claro. Hemos hablado de la tolerancia cero. Se aplicará a todos el mundo. Esto fue una tarjeta amarilla y lo he aceptado", indicó Blatter.
"En la comisión de ética, elegida por el congreso, habrá dos partes, por un lado un órgano instructor y por otro un ejecutor, un tribunal, separado del secretario general que jugaba un papel preponderante hasta ahora", señaló el dirigente suizo.
La tercera medida aprobada por la FIFA este miércoles a propuesta de Blatter fue el nacimiento de una nueva comisión, para tratar temas importantes, que merezcan un debate mayor que el de la comisión de disciplina.
"Se creará una comisión de soluciones. Esta comisión será dirigida por una persona de la FIFA, que podrá acudir a asesores ajenos a la FIFA y se encargará de informar al comité ejecutivo y al congreso. Y en casos necesarios organizaremos un congreso extraordinario", explicó Blatter.
Blatter reconoció que se cometieron errores en los últimos procesos de designaciones de los Mundiales, pero ahora espera reconducir la nave de la FIFA.
"No soy un buen nadador pero estoy capacitado para llevar el barco a buen puerto", dijo el suizo.
Uno de los objetivos que se ha marcado Blatter de cara al futuro próximo es conseguir que en los clubes haya al menos seis jugadores nacionales en cada alineación, aplicando la regla 6+5.
"Esta regla 6+5 la tenemos que concretar para presentarla en el congreso de Budapest del año que viene. Estamos también luchando contra el amaño de partidos y hemos llegado a un acuerdo con Interpol, ya que la FIFA no tiene capacidad de intervenir en derecho penal", señaló Blatter.
Por último, Blatter informó que había notado un clima de preocupación entre los patrocinadores de la FIFA tras los últimos escándalos ocurridos en el organismo, pero añadió que no cree que las firmas dejen la FIFA.
"Hemos mantenido contactos con los patrocinadores y me dijeron que confían en que yo vuelva a llevar el agua de la FIFA a aguas más tranquilas. Estaban preocupados, pero ninguno dijo que se retiraría", concluyó.
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