El mánager Fredi González le pidió la bola en la parte alta del quinto episodio, le pegó una nalgada, como suele hacerse en este fascinante deporte, y antes de que saliera de la zona de pitcheo le dijo: “muy pronto nos veremos muchacho”.
A Julio Teherán Pinto, el cartagenero que debutó el pasado sábado con los Bravos de Atlanta en las Grandes Ligas, no le quedó para nada grande su debut en el Citizens Bank Park de Filadelfia.
Sus Bravos de Atlanta perdieron 3-0, una pizarra cerrada que indica que hubo pitcheo ante unos Filis de Filadelfia, considerados unos auténticos “bárbaros” con el bate.
Con apenas 20 años, Julio se subió a la “lomita de los sustos” a lanzar con personalidad, clase y mucha soltura, demostrando que tiene un brazo prodigioso que dará mucho para hablar en el béisbol Supremo.
A las 12:30 del mediodía de ayer, El Universal contactó vía celular a Julio Teherán. “Compa llámeme en media ‘horita’ y lo atiendo con gusto porque voy a entrar a una corta charla con los entrenadores de Gwinnett (novena filial Triple A de los Bravos)”, en donde se encuentra nuevamente desde el pasado domingo.
Treinta minutos después se dio nuevamente el contacto con Julio, quien amablemente respondió los interrogantes de este diario.
¿Qué pasó por su mente cuando se disponía a realizar el primer lanzamiento?
- Pensaba en que toda Colombia me estaba viendo, en que quería darlo todo por dejar en alto el nombre de mi país.
¿Lo que mejor hizo en su debut?
- Lancé bien la recta y el cambio de velocidad. Esos fueron los lanzamientos que más utilicé en el juego. Considero que lo hice bien.
¿Qué fue lo que no le salió como quería?
- Me faltó un poco de control, algo en lo que yo soy bueno con regularidad, pues no me salgo de la zona.
¿Qué sintió cuando Bryan Haward le conectó el jonrón?
- Me sentí mal. Me equivoqué en el lanzamiento, tenía conteo de dos bolas y cero strike y me dije a mí mismo que debía ponerla ahí, Haward es un bateador fuerte e inteligente y me castigó.
Pero en ese mismo cuarto episodio ponchó a su primer bateador en las Grandes Ligas...
- Sí. Mi primer ponchado fue el norteamericano Raúl Ibáñez. Tenía ganas de pedir esa bola con la que lo ponché para quedarme con ella, pero finalmente no lo hice. Me emocioné mucho eso sí, sé que este es el primero de muchísimos ponches que conseguiré en las Grandes Ligas.
¿Qué le dijo el mánager cuando le pidió la bola?
- Excelente trabajo, pronto nos veremos. Esas fueron sus palabras y de una se me erizó la piel.
¿Y qué le dijeron el resto de los peloteros al terminar el encuentro?
- Me respaldaron, me dijeron que tenía condiciones para estar allá arriba, que siguiera trabajando duro. Fue un momento muy bonito para mí.
¿Esa noche, después del juego, habló con su familia?
- Sí. A las 11 de la noche me encontré un mensaje de voz en mi celular que me dejaron mis padres, en donde me decían que estaban contentos con lo que hice, que estaban orgullosos, que no se pudo ganar, pero que yo estuve bien en el montículo. Esas palabras me llegaron mucho. Oí el mensaje y de inmediato los llamé.
¿Antes de comenzar a lanzar ya usted sabía que regresaría al día siguiente a Triple A?
- Sí. Cuando me llamaron me dijeron que sería una sola salida y que luego regresaría a Triple A. Había una emergencia, ya que los abridores Tim Hudson y Tommy Hanson no tenían los días suficientes de descanso. Yo en lo único que pensé fue en aprovechar la oportunidad.
El día de la llamada
El pasado viernes 6 de mayo, Julio recibió la buena nueva a las 2:30 de la tarde y dos horas después ya estaba rumbo a Filadelfia, en donde en la noche, los Bravos se medían ante los Filis.
“Llegué al estadio de Filadelfia a las 7:30 p.m. y el juego ya iba en el tercer episodio. Entonces entré al club house de los Bravos y me quedé viendo el juego por televisión. De vez en cuando entraban en busca de algo varios de los peloteros que estaban jugando ese partido y aprovechaban para darme la bienvenida”, agregó.
Reconoce que esa noche difícilmente concilió el sueño. “La verdad es que dormí poco, quería que amaneciera rápido”, comentó.
Afirmó que ese sábado 7 de mayo, una fecha que nunca olvidará, desayunó a las 8:30 de la mañana, hizo un par de llamadas a Colombia, se comunicó con su novia, su familia y varios amigos del barrio en donde nació (Olaya Herrera) y que luego salió hacía el estadio de Filadelfia , al que llegó sobre las 12:30 del mediodía. “Después de almorzar vi videos de los bateadores a los que me enfrentaría, pues me servirían como referencia para un plan B, porque el plan A lo tenía el receptor Brian McCann. Yo sabía que debía lanzar lo que él me pidiera. A las 5:45 p.m. comencé a calentar y me concentré en lo que se me venía pa’ encima, mi debut en las Grandes Ligas”.
¿Ahora qué sigue para Julio Teherán?
- Trabajar más duro en el equipo de Triple A, con el que estaré lanzando el próximo jueves. Esto es de trabajo, yo siempre lo doy todo.
¿Cuándo se ve nuevamente en el equipo grande?
- Yo me veo ya mismo en Grandes Ligas, estoy listo, esperando una nueva llamada, vamos a ver cuándo se da.
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Julio Teherán tiene un tremendo futuro por delante. Su debut en la Gran Carpa fue bueno, los especialistas así lo reconocen.
Dios le dio la oportunidad de convertirse en el primer colombiano en abrir un juego en el mejor béisbol del mundo.
Sin duda tiene un gran talento. Ya se tomó un sorbo en las Grandes Ligas y ahora él quiere más. “Pronto volveré, estoy seguro que pronto volveré”...
En cifras
86 lanzamientos hizo Julio Teherán en su debut.
4 episodios y dos tercios estuvo en la “lomita de los sustos”.
4 inatrapables, entre ellos un jonrón y un triple, fue lo que recibió Teherán en su primera salida.
1 ponche recetó en su primera aparición.
2 bases por bolas concedió a los Filis.
5.79. fue su efectividad.
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