La luz ponchó la fiesta

La luz artificial del estadio Hermes Barros Cabas de Bogotá le jugó anoche una mala pasada al debut del béisbol profesional en la capital del país, luego de que el partido entre Tigres-Une de Cartage-na y Águila de Bogotá fuera suspendido a la altura del sép-timo episodio. El juego se encontraba 9-6 a favor de la novena cartage-nera, la cual le daba la bienvenida a la pelota rentada a las Águilas que se presentaban por primera vez ante su afición. La mayoría de las 400 per-sonas apostadas en las grade-rías del escenario, en un am-plio porcentaje costeñas, dis-frutaron de un juego inaugu-ral lleno de nerviosismo que aparte tuvo bates quebrados, jugadores golpeados, deslizadas fenomenales, bases roba-das y aficionados singulares que pusieron un toque de emoción a un encuentro que se tornó bastante lento, lo que hizo que de a pocos los fanáticos se fueran a sus hogares. En ambas novenas el funcionamiento de los lanzadores fue el lunar, ninguno, ni siquiera los abridores, Ricardo Palma, de Águilas, y Édgar Ramírez, de Tigres, estuvieron a la altura del duelo. Tras un primer episodio que terminó igualado a dos carreras y una ventaja tomada después por los cartageneros en el segundo, vino un tercer episodio en el cual los locales repuntaron subiendo tres uni-dades más a su tanteador. Cuando se esperaba un despegar de las Águilas vinie-ron las falencias en su pitcheo, algo que los capitaneados por Julio Vinas aprovecharon en las entradas siguientes para irse arriba llegando al séptimo capítulo con ventaja nueve por seis. Sin embargo, cerca de las 10:10 de la noche un bajón en la potencia de las torres de iluminación hizo que fueran paradas las acciones por espa-cio de 25 minutos hasta que las autoridades decidieron postergar el encuentro hasta la próxima serie que los cartage-neros disputen en Bogotá. Hoy está previsto el segun-do juego entre ambos conjuntos, a partir de las 3:00 de la tarde en la misma Unidad Deportiva El Salitre.