Unos 200 hinchas del Real Cartagena, o quizás más, protestaron ayer en el Centro, de manera vehemente, por la difícil situación del equipo en la primera división del fútbol profesional colombiano, donde lucha para no perder la categoría por cuenta del descenso que lo llevaría a la B. Marcharon por la Avenida Venezuela bajo el sol implacable del mediodía, vestidos con la camiseta auriverde del equipo, y decían sentirse vulnerados y muy preocupados por “lo que le está pasando a nuestro Real querido”. Fue una aparición repentina de hinchas jóvenes, una explosión de sentimientos represados por la suerte del que ellos consideran su patrimonio, un patrimonio de la ciudad: Real Cartagena. AL CALOR DE UNA PASIÓN Hacían sonar tambores, portaban pancartas y banderas con los colores amarillo y verde del Real, y todo tipo de alegorías que proyectaban el amor que sienten por el conjunto de su tierra, mientras brincaban, gritaban y cantaban consignas pidiendo la salida de los directivos del club. “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo”, “No sé cómo voy, no sé cómo vengo a alentar; ya estamos cansados de tanto descenso, y sentimos alegría de verte en la A”, “En la primera ‘A’ yo quiero estar”, “Yo soy del Real, y quiero mi camiseta, y quiero salir primero”. De ese estilo eran los cánticos de protesta, expresados con el mismo vigor que seguramente despliegan en cada tarde dominguera en el Estadio Jaime Morón. Esta energía desenfrenada jaló rápidamente seguidores que a esa hora salían de oficias o se alistaban para almorzar, y así más hombres y mujeres, especialmente estudiantes y universitarios, se unieron a la marcha para acompañar la causa hasta la Torre del Reloj. De esta manera los unió a todos un sentimiento único, el que le rinden al Real Cartagena, y de lado quedaron la sofocación y el sudor, y bajo el sol brillaron el verde y amarillo del equipo, y se sintió el fervor de una pasión realista "SI NOS VAMOS, EL REAL SE ACABA": RENDÓN Consultado sobre la espontánea marcha de los hinchas del Real Cartagena realizada ayer en el Centro, el presidente del equipo Rodrigo Rendón, considera que detrás de esa manifestación está ‘La Rebelión Auriverde’, una de las barras fieles del equipo. Dice que miembros de ese colectivo de fanáticos le dijeron a los directivos del club que “querían (el recaudo de) la taquilla de dos partidos al año de la tribuna donde ellos se ponen, pidieron 100 boletas regaladas por partido y 50 pases para ingresar a la cancha”, y como no se les dio, “a eso debe la protesta”. “Si nos vamos del Real –prosigue– se acabaría el equipo, porque lo tenemos en venta hace un año y nadie ha llamado para proponer negocio alguno”. “Los que están poniendo dinero, mal que bien, somos nosotros (los directivos); apoyando a un grupo de jugadores cartageneros. Les pedimos a los hinchas que crean en los jugadores cartageneros. Esos mismos muchachos paralizaron a Cartagena en diciembre del año pasado, cuando fueron campeones (en la B), y ahora no pueden decir que son malos”. Reitera que quien quiera entrar al negocio y meterle plata al Real, puede hacerlo, “pero nadie lo hace porque esto es una corporación sin animo de lucro”.
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Los apasionados hinchas del Real no aguantaron más
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