Édgar Rentería siempre figura. El colombiano fue el héroe del juego con un bambinazo de tres carreras para darle anoche el triunfo los Gigantes 3-1 sobre los Gigantes para ganar la Serie Mundial. Hay instantes para nunca olvidar. Édgar Rentería, el “Niño” de Colombia, inscribió nuevamente su nombre en la historia. Y su camino al Sa-lón de la Fama parece inmi-nente. Rentería, el grande, el oportuno, el íntegro, enar-boló la bandera de Colombia al sentenciar otra Serie Mundial con un batazo enorme, esta vez un jonrón de tres carreras en la séptima entrada, que le dio a los Gigantes de San Francisco su primer campeonato desde que en 1958 se mudaron a San Francisco. El jonrón del campocorto colombiano por el jardín central y derecho estableció la diferencia en la victoria 3-1 sobre los Rangers de Texas, en un vibrante duelo de lan-zadores entre Tim Lincecum y Cliff Lee. Rentería es uno de los dos únicos jugadores que han conectado un imparable para terminar la Serie Mundial. El otro es Goose Goslin, quien se ponchó por Washington contra Pittsburgh en 1925, y después bateó un sencillo por Detroit contra los Cachorros de Chicago en 1935. La brillante actuación de Rentería fue determinante para el título de los Gigantes por lo que fue proclamado como el Jugador Más Valio-so de la Serie Mundial, es-tatuilla que gana por primera vez en la historia un colom-biano tras batear para .412 de average con dos jonrones y seis carreras impulsadas en los cinco partidos. Una hazaña difícil de igualar para un colombiano. Toda Colombia vivió y se extasió de felicidad la hazaña de Rentería, a través de Tele-caribe y ESPN del canal Une. Lincecum derrotó por segunda vez en la serie a Lee, considerado el mejor lanza-dor de las Mayores. Brian Wilson ponchó a Nelson Cruz para sacar el último out. San Francisco liquidó la serie 4-1 en el corazón de Texas, sin necesidad de llevar de vuelta el Clásico de Oto-ño al norte de California. Como franquicia, los Gi-gantes no se consagraban desde que en 1954 superaron a Cleveland. Entonces, Wi-llie Mays y compañía tenían su feudo en el Polo Grounds de Nueva York. Lo que luminarias como Barry Bonds, Juan Marichal, Orlando Cepeda y Felipe Alou no pudieron conseguir con el uniforme de los Gi-gantes, fue conseguido en 2010 por un reparto diverso de protagonistas. Y el co-lombiano Rentería fue el hé-roe de esta hazaña. Esta fue la tercera Serie Mundial de Rentería y tiene un secreto para ser figura. En las dos anteriores fue el últi-mo al bate, en una ocasión de alegría eufórica y en la otra triste. En 1997, cuando tenía 21 años y cumplía su segunda temporada en las mayores, Rentería conectó un sencillo por el medio del diamante con dos outs en la parte baja del undécimo innning del séptimo juego. El imparable remolcó a Craig Counsell y sus Marlins de la Florida vencieron a los Indios de Cleveland. Lo que dijeron... Édgar Rentería: “Fue un año difícil para mí. Me dije que tenía que seguir trabajando duro y mantenerme en forma porque algo bueno iba a ocurrir este año. Y así fue. Dios me ayudó para llevar a los Gigantes a este título. Te imaginas cómo está Colombia. Me siendo orgulloso. Le pegué en la madre a la bola y salió el jonrón”. Bruce Bochy, mánager de los Gigantes: “Todo lo hicieron bien mis jugadores. No puedo estar más orgulloso del grupo. Jugaron con el corazón y determinación. No podían perder. Mi personal, aceptaron sus papeles y tuvieron una sola misión”.
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