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Ricardo Cardona, el campeón del recuerdo

Ricardo Cardona, retirado excampeón del mundo del peso superpluma de la AMB, realizó hizo cinco defensas de su cetro, que ganó el  7 de mayo de 1978 ante el coreano Soo-Hwan Hong. Hoy retirado en los ‘cuarteles de invierno’ en la ciudad de Barranquilla, donde vive con su esposa Eliana Becerra, dos hijos y su nieta Giordana, El Universal lo visitó para que le contará a los aficionados, amantes del bo-xeo, qué está pasando con su vida en estos momentos.
¿Ricardo Cardona, qué hace hoy en día?
-Yo llevo una vida tran-quila, estoy pensionado, tengo algunas demandas interpues-tas. A veces me ven en el Centro Cívico averiguando cómo van las demandas y mu-chos se confunden y me pre-guntan qué si estoy litigando, pero les respondo que estoy correteando a los que me deben.
¿Cuántos hijos?
-Tengo siete hijos: Yersilia, Emperatriz, Prudencio, Zure-lis, Yamilet, Katherine y Ri-cardo Saúl”.
¿A los varones les interesó el boxeo?
-Los varones nunca se interesaron mucho. Yo no les he dicho que no ni que sí. A los 16 ó 17 años a mi hijo Ricardo se le dio por meterse al gimnasio y la mamá  me dijo: mira Ricardo, “para que le compres unas vendas al niño”. Le respondí: ¿para qué mi amor?. Me respondió que estaba yendo al gimnasio. Él no me quería decir  si no que me mandó a la mamá para que me dijera.
Y... entonces...
-Le pregunté que ¿por qué lo estaba haciendo a esas alturas de la vida?, y me dijo: papi no lo estoy haciendo para ejercer si no para defensa per-sonal. Pero como dice el di-cho: hijo de tigre nace pintao o de tal palo tal astilla, sacó la sangre de boxeador. Y a pesar que nunca le dije cuál era el jab, el cruzado, en el gimnasio mostró sus condiciones. Esta-ba pegándole al saco y lo estaba haciendo tan a la perfec-ción que llegó alguien de la televisión y preguntó que quién era. Le dijeron que era Ricardo Cardona. Pensaron que era yo, pero al verlo tan joven no creyeron. Le dijeron que era mi hijo. Le hicieron una nota y al otro día no fue más. Se retiró. Ahora levanta hierro para estar en forma.
¿Estudiaron?
-Sí. Todos mis hijos han estudiado, son profesionales”.
¿Aprovecharon lo que les pudo dar?
-Sí. No practicaron el boxeo, pero son profesionales en otra materia.
¿Qué cosas buenas le ha dejado el boxeo?
-Te voy a decir que el boxeo me ha dado tantas cosas buenas que yo mismo soy bo-xeo. El boxeo me ha dejado tantas cosas gratas que yo no tengo palabras para descifrar todo lo bueno que me ha de-jado. Conozco el mundo por medio de este deporte. Soy una persona conocida en mí país y en el mundo por el boxeo.
¿Una anécdota?
-En Corea en un hotel presidencia (porque por allá saben valorar), llegaba la gente de caché y me viajé allí. Un día bajé con una pinta bien elegante: buzo rojo (me fascina ese color), tenis rojo y muy elegante. Como un deportista, como lo que yo era. Alguien se me acercó y me habló en español para que me tomara la foto para la revista del hotel, porque los huéspedes eran in-vitados a fotografiarse para ser destacados en la revista. Y pasado un tiempo encontré la revista aquí en Colombia, en un consultorio de un familiar de mi esposa. Cuando vi la re-vista me dije: ‘no joda este ne-gro se ve que es un tremendo artista’ y cuando reviso bien grito: ¡Yerda si soy yo! Cuan-do eso yo ya había dejando de boxear.
¿Con quién peleaba en esa oportunidad?
-En esa oportunidad peleaba contra el coreano Soo-Hwan Hong. Con el que combatí dos veces. En la pri-mera  le gané y ellos me ataca-ron, porque quizás no vieron la pelea clara, me lo volvieron a echar y le repetí la misma dosis.
¿Sinsabores que le haya dejado el boxeo?
-Casualmente después de esa pelea el susto que pasé abajo fue más grande. Porque me atacaron con objetos, botellas, latas…; Me tuve que poner el banquillo en la cabeza para protegerme. Yo estaba con mi comitiva. Nos protegió la autoridad de allá. Por eso dice el dicho que to-das las tierras son benditas. Porque resulta que el botón del hotel donde estaba se hizo muy amigo mío, me enseñó algunas cosas en inglés. Con decirte que él era el que me llevaba el maletín a pesar que iba a pelear con un compa-triota suyo. Y da la casualidad que cuando me atacan él es quien sale a defenderme. Se agarró con los coreanos tiran-do patadas y puños. Y cuando llegó la policía les explicó que yo fui atacado con un para-guas en la parte del pulmón. Las autoridades aprehendieron al agresor y se lo llevaron preso. Después de eso me pusieron un escolta para donde fuera. Mire eso que pudo ser algo negativo hoy lo vemos algo divertido.
¿Amistades que le haya dejado el boxeo?
-Yo soy amigo de todos. Una de las cosas lindas que yo veo es que la gente me quiere mucho y yo también los amo. Soy muy creyente de Dios y de las cosas que me rodean, especialmente a mis semejantes. Y de esa siembra yo todos los días recibo el cariño de to-dos. La gente me sigue viendo como ese campeón. Esas son cosas tan lindas que no hay plata para comprarlas.
¿En cualquier parte de Colombia le pasa igual?
-Donde yo llegó la gente me tiene en cuenta. A veces creo que estoy solo y de re-pente veo a personas que me observan y me señalan dicien-do que soy el campeón  de boxeo.  A veces sorprendo a personas diciendo: ‘ese fue campeón del mundo’. Admiran mucho mi tranquilidad.
¿Y en Cartagena?
-Imagínate en Cartagena cómo será la cosa. Es mi te-rruño. Soy bolivarense, soy de San Basilio de Palenque.
¿Viaja seguido a Palenque?
-Sí. Es un pueblo muy agradable, de mucha acogida, de mucha historia. Con de-cirte a ti que Palenque tiene tanta historia que fue fundado por el primer negro que se le escapó a los españoles, se  burló de los españoles: Benkos Biohó. Allá la gente es muy buena con todo el mundo. Yo paso muy rico allá.
¿Qué ha representado Barranquilla para usted?
-Te puedo decir que soy barranquillero de corazón. Amo a Barranquilla como tú no te imaginas. Yo me enamoré de Barranquilla en el primer momento que llegué, cuando tenía 7 años. Y cuando llegué comencé a vivir en el Barrio Abajo. Y me enamoré de algo tan sencillo, que parece que no tuviera importancia, pero para mí sí: de sus calles llenas de arena. Eso me impresionó y cuando llovía se veían los arroyos arrastrando todo lo que la gente lanza a la corriente y yo veía mojadito cómo las bolsas subían y bajaban en el arroyo. Eso hizo que me enamorara de Barranquilla y creo que aquí me van a enterrar.
¿Qué futuro le ve al boxeo actual?
-El boxeo ahorita mismo está en decadencia, ha decaído demasiado por la cantidad de instituciones que tiene y eso le ha quitado al boxeo el auge, la verraquera. Cuando yo fui campeón la gente sabía quién era el campeón del momento y ahora cualquiera es cam-peón. Estoy esperando que abran el campeonato Plus 50 años para ser otra vez cam-peón del mundo. No me gana nadie. En cuanto abran esa categoría ahí me meto, tengo 58 años, y ni los de 30 me van a ganar (risas).
¿Sigue practicando el boxeo?
-Todas las mañanas salgo a la calle a hacer ejercicios.
¿Cuál sería la solución pa-ra que Colombia vuelva tener a campeones como usted, su hermano Prudencio o el mismo “Kid Pambelé”?
-Para tener a esos campeo-nes primeramente las autori-dades boxísticas, como la Federación y la Comisión Nacional tienen que tomar las riendas y exijan que los peleadores que vayan a saltar deben de tener prestigio y los que va-yan a salir del país que no vayan a hacer el ridículo. Que salgan a sacrificarse por su patria como yo lo hacía. Cuando yo peleaba no pensaba en la plata, me decía: soy Colom-bia. Primero era Colombia y después me daba cuenta que había platica también.
¿Un mensaje para las nuevas generaciones?
-Que se enamoren de su oficio, el dinero viene después; lo más lindo es estar enamorado de las cosas. Nada de lo que se ejerce sin amor no tiene raíz, no tiene fundamento. Yo les pido que se sacrifiquen por el bien de ellos y el bien de la patria y así tendrán valor, por-que el que siembra recoge. Y los que no han llegado a ser campeones, les digo que estoy dispuesto a hacer algo por ellos. Estoy tratando con una ONG para formar u organizar una especie de un club y espero que me apoyen, que por medio de ellos podemos con-seguir muchas cosas por el bien de todos. Aquellos que no tienen nada, aquellos que están en la miseria, si me apo-yan, no crean que soy político, porque de político no tengo un pelo.


La voz de los hijos
Ricardo Saúl Cardona Becerra: “Él, siempre ha sido buen padre, siempre da todo por nuestro beneficio; es ejemplo de superación a se-guir, por todo lo que consiguió con su empeño hasta llegar a coronarse campeón mundial. Llevar el apellido Cardona en todos los senti-dos ha sido muy positivo”.
Katherine Cardona Becerra: “Es un padre del que me siento orgullosa desde siempre, al ver cómo surgió de su humilde infancia y al escu-char sus historias le doy gra-cias a Dios por haberme permitido ser su hija, porque con todas sus experiencias podría escribir un libro con un final feliz que es la unión y el amor de todos sus hijos como familia. Es un ejemplo de superación y fe”.

El dato
Ricardo Cardona fue el tercer colombiano en la historia en conquistar un título mun-dial, después de “Kid Pambelé” y Rodrigo Valdez.

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