En medio de un éxito que ya se ha vuelto habitual en los llamados "Metroconcierto Histórico", son varias las cosas para destacar en este evento que por tercera vez consecutiva recibe miles de asistentes de diferentes partes del mundo en Cartagena.
La agrupación que ingresó a última hora a la nómina de artistas, Elder Díaz, hijo del desaparecido Diomedes Diaz, se lució en tarima con una presentación que incluyó éxitos de su padre y de artistas del llamado vallenato romántico, Binomio de Oro de América y Los Diablitos, canciones que fueron bien recibidas por el público, presagiando su disposición para disfrutar el concierto.
Seguidamente, sin pérdida de tiempo, el laureado merenguero dominicano Juan Luis Guerra demostró que en tarima no le pasan los años, con una presentación sobria y con la inclusión de ritmos como el merengue, la bachata e incluso con tiempo para poner a consideración de los asistentes, un medley de salsa. Guerra incluyó en su repertorio unas dos canciones cristianas y una para Colombia.
Carlos Vives se entregó en la tarima como ya es costumbre, con algunos clásicos de sus más exitosos álbumes y del folclor vallenato como tal, pero sin duda el tope de su presentación fue la puesta en escena de la canción "El Mar de sus ojos" ayudado por la tecnología quen hizo que lo acompañara el grupo Chocquibtown y la canción "Ella es mi fiesta".
Después apareció en tarima el mejor de la noche, Daddy Yankee. El reggaetonero puertorriqueño nunca decepciona y puso a delirar al público canción tras canción y con sus improvisaciones, apoyado en un show de bailarines espectacular y trayendo al escenario nuevamente a Carlos Vives para hacer la canción "Nota de amor".
Silvestre Dangond llegó al escenario precedido de un show de juegos pirotécnicos que entretuvo al público asistente con una presentación llena de energía y entusiasmo, demostrando porque es el artista número uno del género vallenato.
Difícil la tuvieron Nicky Jam y Martín Elias pues recibieron a un público cansado, pero aún así mostraron todo su talento para cerrar con broche de oro un evento magno, a la altura de lo que merece y necesita nuestra querida ciudad.
DATOS
En general para destacar, el uso correcto de la tarima giratoria que hacía que los espacios entre cada artista fuera apenas de segundos y al parecer el comportamiento serio y honesto de los meseros y vendedores, quien escribe esta nota no escuchó quejas, en ese aspecto, de las personas asistentes.
Los precios en cuanto a bebidas y alimentos fueron los habituales y "exagerados" como la mayoría de este tipo de conciertos. Usuarios en redes sociales se quejan por la falta de organización al momento de ingresar al estadio y la poca presencia policíal dentro del mismo.
El evento solo tuvo 30 minutos de retraso, empezó a las 7:30 p.m, un término que no fue mal recibido por parte del público asistente, pues a esa hora muchos apenas llegaban.
Una de las quejas que se presentó en la zona de graderías fue la falta de agua en los baños e incluso de papel higiénico, por lo que las personas comenzaron a quejarse por tener que pagar 2 mil pesos por un baño que no estaba en condiciones óptimas. Al menos en la zona Sur el precio fue rebajado a mil pesos.
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