El Sistema Integrado de Transporte Masivo de Cartagena, Transcaribe, desde sus inicios prometió ser una solución de movilidad incluyente para las personas con algún tipo de discapacidad, teniendo en cuenta las dificultades e incomodidades que esta población afronta cada día en el servicio público colectivo que funciona actualmente en la ciudad.
Una inversión multimillonaria en infraestructura con espacios peatonales que facilitan su movilidad, sumado al diseño y tecnología presente en los vehículos del sistema, supone una garantía a la igualdad de derechos de la población con discapacidad, sin embargo, en la práctica, se evidencian errores que atentan la prestación del servicio para este tipo de usuarios.
“Reconozco que Cartagena ha avanzado demasiado en inclusión, pero aún falta mucho. Transcaribe será, por mucho, el mejor medio de transporte para una persona con discapacidad, pero hay cosas que se pueden y deben mejorar. Hay cruces peatonales con sus respectivas rampas, pero cuando instalaron los separadores del solobus bloquearon algunas cebras. En resumen, se pierde el trabajo de las rampas de acceso”, señaló Eliut Fontanilla, quien debido a un accidente de tránsito debe caminar con ayuda de muletas.
ESTACIONES QUE SE RAJAN
En un recorrido hecho por El Universal a las estaciones de Transcaribe se evidenció que, aunque la mayoría cumplen la norma, tres presentan fallas de diseño que imposibilitan el uso del SITM a personas en condición de silla de ruedas.
La estación de Chambacú, primera en ponerse en funcionamiento durante la actual etapa pedagógica, es la única que no cuenta con rampas de acceso para personas de movilidad reducida. Todo usuario que pretenda ingresar al paradero debe cruzar por una cebra debidamente marcada y subir un escalón de aproximados 20 centímetros de alto que impide el paso a cualquier usuario en silla de ruedas.
“El domingo pasado le tocó a los vigilantes de la estación ayudar a un señor en silla de ruedas. Salió del Mall Plaza, bajó la rampa, caminó por la cebra y se chocó con el escalón. No tenía cómo subir. Lo alzaron y pudo seguir su camino a bordo del Transcaribe”, indicó un testigo de este curioso pero preocupante hecho.
La situación de la estación de El Gallo y el Mercado de Bazurto es similar, a pesar de que ambos paraderos cuentan con rampas y señalización, se instalaron separadores que obstaculizan el paso en las cebras que comunican a los andenes con la estación. Aunque personas en condiciones normales no tienen problemas para cruzar por estos pasos peatonales, usuarios con discapacidad no pueden hacer uso de la cebra sin la ayuda de otra persona.
TRANSCARIBE RESPONDE
Carlos Coronado, gerente de Transcaribe, en comunicación con El Universal, señaló que las estaciones del sistema fueron diseñadas con accesibilidad para personas con movilidad reducida, o en situación de discapacidad, de acuerdo con las normas de accesibilidad establecidas por el Icontec NTC 4139, NTC 4142, NTC 4695, NTC 4279, NTC 4774, NTC 4902.
“En cuanto a la infraestructura que se construyó en administraciones anteriores, se tuvo en cuenta la accesibilidad de personas con discapacidad mediante elementos como rampas de acceso en los pasos peatonales hacia las estaciones y para cruces en las esquinas de las calles que llevan a la troncal del sistema, losetas táctiles para invidentes y amplios espacios públicos para la circulación de personas en sillas de ruedas, etc. No obstante, vale señalar que algunas rampas construidas están siendo objeto de ajuste para que no exista ningún tipo de obstáculo para las personas con discapacidad y hemos dado instrucciones precisas en ese sentido”, indicó Coronado.
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