Económica


"A buscar la senda del equilibrio fiscal"

El gobierno que asuma el próximo 7 de agosto “encontrará la olla vacía y perforada” aseguró el ex codirector del Banco de la República, Salomón Kalmanovitz. Sin embargo, el historiador, economista y catedrático barranquillero es un convencido de que “la fórmula es meterse en una senda de equilibrio fiscal, en la que hay que tratar de aumentar los ingresos, limitar el gasto, hasta que estemos en un camino que nos conduzca a que el país no tenga que endeudarse tanto para seguir funcionando el Gobierno”. Kalmanovitz, quien lanzó la semana pasada en Cartagena su libro “Nueva historia económica de Colombia” reconoció los avances del Gobierno de Álvaro Uribe Vélez, en su primera administración, pero de Uribe II dijo textualmente “dejó mucho que desear...”. Días antes de la primera vuelta presidencial, Kalmanovitz concedió una entrevista a El Universal donde habló de su publicación nueva, del manejo económico del actual Gobierno, dio recomendaciones a los equipos económicos de la administración entrante e igualmente confesó sentirse honrado de estar en la bajara de los posibles ministeriables de un eventual gobierno de Antanas Mockus. ¿Por qué debemos leer su libro? — “Es una gran síntesis de las investigaciones que han hecho los economistas colombianos dedicados al tema de historia en los últimos 15 años. Un esfuerzo muy grande desde el Banco de la República que ha publicado seis volúmenes, pero también contiene historia comparativa con otros países de América Latina. Tiene unos cálculos del Producto Interno Bruto de 1800, se echa un poco para atrás apoyado en Adolfo Meisel. Hace el PIB del Siglo XIX, hace un balance del crecimiento económico del siglo XIX... ”. ¿El nuevo equipo económico del Gobierno nuevo hacia dónde debe centrar su mayor esfuerzo? —“Tiene que meterse en una senda de equilibrio fiscal. Tratar de aumentar los ingresos, limitar el gasto, hasta que estemos en una senda que nos conduzca a que el país no tenga que endeudarse tanto para seguir funcionando el Gobierno. Me parece crucial, incluso para el tema de la seguridad democrática, si usted quiere seguir financiando un rubro que vale el 6,5% del PIB anual, usted tiene que tener buenos impuestos. Y lo que hubo fue una devolución de impuestos, unas exenciones excesivas, innecesarias, costosísimas, que debilitaron más las finanzas del Gobierno...”. ¿Qué debe esperar el colombiano de a pie en los próximos años? —“Yo creo que todos los candidatos -aunque hay uno que dice que reducirá impuestos-, están de acuerdo en que hay que aumentar la tributación, hay que hacer una Reforma Tributaria Integral, reformar el régimen de regalías, para que sea productivo y eficiente, y beneficie las inversiones en agua y en calidad de vida de la población. Hay que arreglar el sistema de salud, el régimen subsidiado está socavando el régimen contributivo, hay unas señales muy perversas de la economía que hay que arreglar...”. “El ciudadano de a pie no tiene que preocuparse por los impuestos, pues los que más tienen pagarán más, la gente que no tiene no vamos aumentarle el IVA para nada, si nos corresponde el Gobierno...”. Ministeriable ¿Dicen que usted sería el Ministro de Hacienda de Mockus en la eventualidad de que gane la Presidencia? —“Yo diría que es demasiado temprano ensillar esa bestia – la entrevista fue antes de la primera vuelta - Es una tarea muy difícil, pero me siento muy honrado. Estoy culminando una carrera en la cual he estudiado la economía y la historia de Colombia durante tantos años, y puedo poner al servicio de la sociedad estos conocimientos y trataré de hacerlo de la mejor manera posible aunque conozco las dificultades que habría para poder lograr una gestión que verdaderamente vuelva al país a una senda de equilibrio fiscal que genere mayor crecimiento económico y que podamos sembrar la bonanza minera y petrolera que nos ayude al resto de la economía también florezca...”. ¿Si le toca el Ministerio va a encontrar la olla raspada... y con muchas vigencias comprometidas...? —“No sólo raspada..., también perforada, no sólo hay vigencia futuras, sino contratos de estabilidad jurídica a zonas francas y unos compromisos que ningún gobierno debiera hacer... como así de que la gente no se le va a cambiar el régimen de impuestos si entramos en una crisis violenta y la única forma de encontrarla sea con mayores impuestos, eso está pasando en Europa, ojalá no nos pase a nosotros, pero ningún Gobierno se debiera comprometer a estabilizar los ingresos tributarios, que están muy bajos”. Uribe I y Uribe II ¿Qué balance hace del manejo económico de la actual Gobierno? —El Uribe 1 fue bastante bueno. Fue de recuperación de la seguridad, importante para que la inversión extranjera se animara bastante. Fue un periodo de crecimiento muy fuerte, sobre todo 2007, casi llegamos al 8%. Hubo relativamente buenos ministros y en el Uribe II empieza a deteriorarse todo. Empiezan a recrudecer los desequilibrios fiscales..., el endeudamiento se ha multiplicado mucho, tanto el interno como el externo. El país no logró el grado de inversión que dan las calificadoras de riesgo, porque se está perdiendo el equilibrio fiscal. Tenemos un déficit externo como de 6 puntos del PIB, muy grande, que refleja una situación de desahorro bastante protuberante, de tal modo que el Uribe II dejó mucho que desear. Ya los ministros no estuvieron a la altura de las necesidades, no hicieron lo que tenían que hacer, se multiplicó la corrupción, se multiplicaron los proyectos malos que no tenían por qué hacerse en obras públicas, no se recurrió a las concesiones y al capital privado para apalancar la construcción de buenas obras públicas, ninguna de estas obras se ha terminado”. “Se descuidó la columna vertebral, que es la comunicación del interior con los puertos, se hicieron muchas dobles ‘calzaditas’, ninguna se termina. En el Uribe II hay desgreño administrativo, clientelismo a morir, hasta en el Archivo Nacional de la Nación... Lo que ha sucedido es una pérdida del poder regulatorio del Estado, que debe contar con una buena burocracia técnica y eso se ha deteriorado muchisimo en Uribe II y tuvo que ver con su reelección, con los apoyos que requería y creo que en contraste con Uribe I, fue un periodo bastante negativo para el crecimiento económico del país. El crecimiento bajó, la inflación subió, el desempleo se disparó...”.

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