Poner en duda que Estados Unidos honrará su compromiso de reducir para 2020 en 17% sus emisiones de carbono del 2005 es “peligroso” porque “corremos el riesgo de perder los compromisos de otros países” en la lucha contra el calentamiento global, sostuvo un funcionario mexicano. “Confiamos en que el gobierno del presidente (Barack) Obama trabajará para alcanzar ese nivel de reducción, que es una contribución modesta”, dijo el embajador mexicano Luis Fernando de Alba, quien como anfitrión prepara la agenda para la conferencia mundial sobre el clima a celebrarse en noviembre en Cancún. “Una de las razones por las que estamos aquí hoy es subrayar la importancia de que se honre ese compromiso. Si queremos que China, India, Brasil o México cumplan sus compromisos, los de Estados Unidos y Europa también necesitan cumplirse”, agregó de Alba en conferencia de prensa. De Alba se mostró optimista de que la cumbre de Cancún logre decisiones en temas concretos, como la reducción de la brecha entre los compromisos de los países y una mayor transparencia en la verificación de resultados, que podrían reflejarse años después en un acuerdo multilateral de cumplimiento obligatorio. “Vemos varias decisiones concretas que pueden tomarse en Cancún, sin limitarse a si tenemos o no un acuerdo vinculante. Eso podría ocurrir después y ya hay reconocimiento de que es un proceso que llevará varios pasos y que no necesariamente terminará en (la cumbre mundial de clima del 2011) en Sudáfrica”, explicó. De Alba señaló que ha hecho un gran énfasis para que el texto de negociación refleje la búsqueda de consenso y así evitar la decepción sufrida tras la edición anterior de la cumbre mundial del clima en Copenhague, que sólo produjo un acuerdo político por el que los países ricos se comprometieron a otorgar 100.000 millones de dólares para que los países pobres se adapten al cambio climático. La expectativa de lograr un acuerdo vinculante se frustró por el enfrentamiento entre países ricos y pobres sobre cómo enfrentar el cambio climático. Como ejemplo señaló que a diferencia de Copenhague, el texto de negociación para la cumbre de Cancún incluye elementos propuestos por varios países latinoamericanos sobre la necesidad de consulta a los pueblos indígenas respecto de los proyectos de desarrollo. Estas naciones de América Latina “se han comprometido a trabajar estos temas en un contexto de consenso. Necesitan entender que en este proceso podemos ser más ambiciosos si comenzamos a avanzar. Pero no podemos decir que no comenzaremos (a negociar) hasta que no obtengamos al mismo tiempo el nivel que queremos”, indicó. Sobre el financiamiento, de Alba advirtió que si bien “al referirnos a los 100.000 millones de dólares es poco probable que cada dólar sea adicional, sería un gran error que todos los fondos sean transferidos de presupuestos para el desarrollo que ya estén comprometidos”.
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Clima: Dudar de EEUU pone en riesgo metas de otros países
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