“Los puntos que se destacaron como fundamento para un eventual aumento de la tasa de interés de intervención serían las crecientes expectativas de inflación al alza por encima del rango meta, la importante dinámica de la demanda interna, los altos precios de los activos y el crecimiento acelerado de la cartera”, señalaron las minutas de la reunión del 31 de enero.
Así mismo, se mostró un aumento en las expectativas de inflación de largo plazo, de cinco a 10 años, por encima del rango meta de 2011, de entre 2% y 4%.
“El mayor registro se debió a la presión alcista de los precios de los alimentos y de los regulados así como al comportamiento menos favorable de los bienes transables sin alimentos ni regulados”, explicaron las minutas.
Los codirectores consideraron que "en el caso en que la economía continúe la senda expansiva esperada, o las expectativas de inflación muestren señales de desviarse de las metas, se darían las condiciones apropiadas para retirar gradualmente el estímulo monetario con el fin de afianzar el crecimiento sostenido de la producción y el empleo".
Frente a la demanda, el menor registro correspondió a un bajo crecimiento en la inversión destinada a la construcción y un desempeño menor al esperado de las exportaciones.
El consumo de los hogares mostró un buen desempeño y se aceleró frente a los registros del primer semestre. El mayor consumo y una fuerte inversión en maquinaria y equipo y en equipo de transporte sustentaron unas importaciones elevadas.
La junta consideró que para finales de año, la economía se pudo ver afectada por el invierno, no solo por la agricultura, sino también por la Formación Bruta de Capital Fijo y las exportaciones de origen minero, que no pudieron cumplirse por problemas de extracción o transporte.
Económica
Emisor analiza las condiciones para un ajuste monetario
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