Económica


Italia, dispuesta a “medidas fuertes” para equilibrar sus cuentas

AFP

11 de agosto de 2011 10:30 AM

El ministro italiano de Economía, Giulio Tremonti, anunció este jueves ante el Parlamento “medidas fuertes” y reformas en el marco de un plan de austeridad reforzado que proyecta gravar las ganancias financieras del 20% para lograr el equilibrio fiscal en el 2013. 
Acosada desde hace dos semanas por los mercados y por las autoridades europeas, el gobierno conservador liderado por Silvio Berlusconi se comprometió a adoptar antes del 18 de agosto un nuevo plan de ajuste. 
El ministro reconoció que Italia está dispuesta a aplicar una serie de reformas que modifiquen el mercado del trabajo y a emprender las privatizaciones de los servicios públicos, tal como exigido por otros países europeos y el Banco Central Europeo (BCE).
Ante unos 150 parlamentarios, que tuvieron que renunciar a sus vacaciones veraniegas, el ministro Tremonti admitió que se necesita “actuar en forma decidida” debido al agravamiento de la crisis, por lo que anticipó de un año, al 2013, el plan de austeridad. 
“Tendremos que recortar casi a la mitad el déficit de este año, que será de 3,8% a 3,9% (del PIB)”, explicó Tremonti, al detallar ante los parlamentarios las líneas del plan. 
Tremonti reconoció también que recibió la controvertida carta del Banco Central Europeo (BCE), en la que se dictan las medidas para salir de la crisis, lo que generó polémicas en el país, que se siente bajo “tutela”. 
Entre las medidas que Italia está dispuesta a cumplir figura el recorte de la burocracia, la liberación de la economía y la privatización de las empresas públicas, como aquellas de transporte, electricidad y basuras. 
La situación es tan delicada que el gobierno ha pensado agrupar los días de fiesta de manera a “aumentar la productividad”. 
Tremonti confirmó también que se recortará la asistencia social y las pensiones, pero no dio mayores detalles y mencionó vagamente que se piensa reducir el costo de la política, una exigencia de la opinión pública, indignada con las jugosas remuneraciones de los parlamentarios y ediles. 
El ministro aseguró que se reformará el estatuto de los trabajadores para introducir una mayor flexibilidad laboral, aunque “no vamos a aceptar todo lo que nos recomiendan”, al referirse a la posibilidad de despedir con mayor facilidad. 
Entre las medidas que el gobierno programa figura reforzar la lucha contra la evasión fiscal, uno de los grandes males de Italia y no excluye introducir una suerte de impuesto de “solidaridad”. 
Entre las pocas medidas concretas anunciadas, el gobierno propuso gravar las ganancias financieras con un impuesto único del 20%, en vez del 12,5%. 
El magnate de las comunicaciones y jefe de gobierno italiano, Silvio Berlusconi, quien es alérgico a todo aumento de impuestos, descartó imponer un impuesto al patrimonio, como solicitan diferentes sectores. 
“No se dan a conocer las medidas concretas, porque las están discutiendo”, comentó el economista de Unicredit, Marco Valli. 
Las medidas de Tremonti desataron fuertes críticas de la oposición de izquierda, así como de los sectores moderados de centro e inclusive del mayor aliado del gobierno, el movimiento populista Liga Norte. 
“Proyecto brumoso”, comentó Umberto Bossi, líder histórico del movimiento. 
“Basta de palabras, se necesitan gestos concretos si se quiere evitar otra jornada dramática financiera”, estimó Fabrizio Forquet, editorialista del diario económico Il Sole 24 Ore. 
Ante la gravedad de la crisis, el presidente Giorgio Napolitano interrumpió sus vacaciones y regresó a Roma para reunirse con el jefe de gobierno y el ministro de Economía, quien espera hacer aprobar rápidamente un decreto-ley. 
Con las medidas de austeridad, Italia, tercera economía de la Eurozona, intenta calmar el acoso de los mercados, nerviosos por su enorme deuda pública de unos 1,9 billones de euros, 2,7 billones de dólares (cerca del 120% del PIB) y un crecimiento económico casi nulo.

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