Mapa agrícola se llena de palma

El mapa agrícola de Bolívar se está llenando de palma de aceite. Este cultivo es de los que mayores crecimientos registra en los últimos 8 años, periodo en el cual ha multiplicado por más de 4 veces su área sembrada, pasado de 5.325 hectáreas en el 2003 a 24.047, en el 2009, de acuerdo con las cifras oficiales de la Secretaría de Agricultura de Bolívar. La producción del Departamento en el último año alcanzó las 99 mil toneladas. Siete son los municipios productores de esta planta en el Departamento (Marialabaja, San Pablo, Simití, Cantagallo, Mahates, Rioviejo, y Arjona). Marialabaja es el mayor productor de este cultivo y hasta el 2008 su área sembrada era de 3.900 hectáreas. De esa cifra, sólo dentro del área del Distrito de Riego, se registraban 3.226 hectáreas. Pero el auge de la palma de aceite en Marialabaja no lo detiene nadie. Jorge Ordosgoitia, gerente de la Asociación de Usuarios del Distrito de Riego de Marialabaja (Usomaría) precisó que antes de culminar este año unas 1.500 hectáreas serán sembradas de esta planta y las proyecciones hacia el 2012 es que ingresen otras 3.500 hectáreas, con lo cual Marialabaja se consolida como el mayor cultivador de palma del Departamento, arañando las 10 mil hectáreas. Lo curioso de todo esto es que la palma empieza rápidamente a copar las áreas que en el pasado dominaba el arroz y hoy buena parte de los pequeños y medianos campesinos están migrando al cultivo de palma. Antes de los 90, el arroz alcanzó a tener más de 6 mil hectáreas del Distrito, y hoy sólo tiene 1.400. Se estima que de la palma de aceite dependen hoy en Marialabaja más de 430 campesinos. Este cultivo entró al Distrito de Riego en 1998 en medio del escepticismo de los labriegos y hoy la confianza es tal que esta actividad genera unos 2.000 empleos y buena parte de los cultivadores son socios de la Planta Extractora de Aceite de Palma de Marialabaja, con el 49% de las acciones. El cultivo de palma se ha convertido en el eje de la economía de Marialabaja y esta actividad le genera mensualmente entre 1.200 y 1.500 millones de pesos. Que Marialabaja sea el mayor productor de palma de aceite no es nada fortuito. La fertilidad de sus tierras le ha permitido tener los mejores rendimientos de todo el Departamento. El reporte de la Secretaría de Agricultura señala que el promedio por hectárea es de 25 toneladas en el área de Marialabaja, pero dentro del Distrito de Riego, esta puede llegar a 32 toneladas, precisa Jorge Ordosgoitia, el gerente de Usomaría. Hoy, de las 9.600 hectáreas con infraestructura de riego del Distrito de Marialabaja, más de 3.200 las copa la palma y son los palmicultores los mayores usuarios. El área bruta del Distrito es de 19.200 hectáreas, pero no toda tiene sistema de riego. Una experiencia A sus 68 años de edad, Don Héctor Flórez, un tradicional cultivador de arroz de Marialabaja, asegura que la palma de aceite es un cultivo rentable. De sus más de 40 años de estar sembrando arroz sólo le quedaron pérdidas. Se inició en ese cultivo cuando el Incora llegó a Marialabaja y con 9 compañeros crearon una empresa asociativa que les permitió sembrar 70 hectáreas de ese cereal. “El arroz nunca ha sido rentable en Marialabaja. Cuando era bueno no había maquinaria o no había buenos precios. Para mí ha sido una cadena de pérdidas”, sostiene. El año pasado, Don Héctor sembró 14 hectáreas de arroz y sus pérdidas fueron de 9 millones de pesos. Este año sólo sembró 4 hectáreas y las pérdidas se calcularon en 3 millones de pesos. Aunque no renuncia a cultivar ese cereal, hoy saca pecho como productor de palma de aceite. 22 de sus hectáreas son dedicadas a ese cultivo, en el cual incursionó en 1998. “Mi experiencia como palmicultor es la mejor. Mi vida es otra. Mis amigos ahora son de caché. Una hectárea de palma me puede dejar libre unos 12 millones de pesos al año. Este es un cultivo que yo recomiendo. Mire, es que todo lo que nace en la tierra de Marialabaja rinde, de muestra mis 15 hijos”, dice sonriente este labriego que saltó del arroz a la palma de aceite, para dejar de contar pérdidas y ser un empresario exitoso del campo.