Editorial


Abuso en el Corredor de Carga

La movilidad es uno de los problemas claves de cualquier país. En los que siguen en “vías de desarrollo”, es decir, pobres y sin carreteras ni calles suficientes, esta carencia puede ser uno de los obstáculos mayores para su progreso y calidad de vida.
En las pocas vías de nuestro país circula toda clase de vehículos al tiempo, sobrepasando las características de diseño de las carreteras. Las mulas y camiones son cada vez más grandes, pesados y rápidos, dañando las vías y ocupando más espacio en detrimento de los demás vehículos, que tienen que acomodarse al peligro de volquetas, mulas portacontenedores, camiones y buses.
En las autopistas de los países desarrollados también circulan mulas enormes y hasta jalan remolques, pero sus vías fueron construidas para soportarlos y para que quepan con holgura, por lo que los vehículos menores circulan con mucho menor peligro que aquí.
El deber del Estado es construir buenas vías para que los ciudadanos y las compañías las utilicen en beneficio propio como compensación de los diversos impuestos pagados, lo que a la vez beneficia al país. Pero este derecho de las personas privadas y jurídicas tiene fronteras que en los países desarrollados se respetan y aquí se violan.
En el Corredor de Carga y carreteras aledañas, por ejemplo -y muy mal ejemplo por cierto- se abusa descarada e impunemente de las vías de todos, con el agravante de que además de los impuestos normales de rodamiento de los automotores, se pagan peajes.
El derecho a rodar por estas vías no incluye el de dañarlas más allá del uso normal para el que fueron diseñadas, pero vemos que los aparcaderos de mulas y camiones vecinos aún no han pavimentado sus patios y le trasladan cantidades enormes de fango al Corredor de Carga y vías interconectadas. Así le pasan su propia ineficiencia e insensibilidad, pero debe ser costeada y afrontada por todos los usuarios, además del peligro de usarlas con una capa de barro encima, mayor cuando está mojado pero también riesgoso y dañino cuando está seco.
Las distintas administraciones de Cartagena se han hecho las tontas en vez de exigirles a estas instalaciones que se organicen, lo que significaría no permitirles la conchudez de utilizar el Corredor de Carga como parqueadero y área de maniobra, ni tampoco embarrarlo con las llantas de sus camiones.
No usar la vía para aparcarse y hacer maniobras implica sacrificar su propio espacio, como le corresponde a empresas privadas con ánimo de lucro, en vez de abusar del espacio público con el descaro que lo hacen y con la connivencia de las autoridades.
No embarrar las vías quiere decir pavimentar sus patios, y mientras lo hacen, deberían tener una plataforma de cemento dentro de sus instalaciones para lavar las llantas con agua a presión antes de tocar el asfalto que tiene que usar toda la ciudadanía. Si no pueden hacerlo, deberían mudarse a mayores espacios en extramuros.
Alcalde Campo Elías Terán: ya basta de tanto abuso con la ciudadanía y basta también de la alcahuetería del propio Distrito.
¡Imponga su autoridad!

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS