Editorial


Bolívar en Agroexpo

Agroexpo les servirá a los 45 campesinos montemarianos para conocer un mundo nuevo, pero también para saber todo lo que el Estado les está debiendo. El campo bolivarense tiene unas condiciones climáticas y suelos tan variados y feraces, que deberían convertirlo en un emporio agropecuario capaz de alimentar al Departamento y a buena parte del país. Es cierto que Bolívar tiene una geografía enemiga de su integración efectiva, especialmente después de que el Bolívar Grande fue desmembrado para crear otros departamentos en el Caribe Colombiano y se convirtió en un ente largo y desarticulado. Es difícil y costoso interconectar el Sur de Bolívar, agrícola y minero, con su norte portuario e industrial. Lograrlo es uno de los retos de los bolivarenses. Más cerca de Cartagena están los Montes de María, otro emporio rural recién recuperado de los grupos armados al margen de la ley, especialmente de las Farc en su parte más montañosa, y que ahora intenta reintegrarse al torrente comercial del resto de Bolívar. Sus campesinos fueron vejados de mil maneras, y por supuesto, desplazados hasta hace poco, cuando comenzaron a regresar a sus pueblos a pesar de haber sufrido masacres en varios de ellos. El país, el Departamento y Cartagena están en deuda con los Montes de María, cuyos retornados no han encontrado las tierras que necesitan para trabajar sin tener que convertirse, si acaso, en asalariados de poca monta. Aunque los grandes desarrollos agropecuarios privados son indispensables en los Montes de María y deberían crear empleos formales de calidad, los campesinos también deberían tener su propia tierra en donde trabajar si lo prefieren, y en eso el Estado les viene fallando sistemáticamente. Hay mucha retórica y pocos resultados. Se nota mucha diligencia gubernamental con respecto a los grandes compradores de tierras, pero muy poca con respecto a los campesinos. Por eso es importante la iniciativa del Centro de Fusión y de la Armada Nacional de llevar a 45 campesinos montemarianos a la feria Agroexpo, donde intentarán conectarlos con compradores para sus productos. Este es un gran paso inicial, importante no sólo por su aspecto comercial, sino porque Agroexpo es un centro de aprendizaje y de intercambio de tecnología insuperable con solo caminar por sus pabellones. Allí están exhibidas las maquinarias más modernas en todas las escalas, y también las especies pecuarias mejores del país. Los campesinos pasaron de la agricultura del Siglo XVI, a la era de la tecnología moderna, en la hora larga que se demoró el avión Hércules militar en llevarlos de Cartagena a Bogotá. Este es un esfuerzo muy meritorio, ya que no se trata sólo de transportar a los campesinos, sino de alojarlos y alimentarlos, esfuerzo asumido por el Estado, incluida la Armada. Pero también hay que decir que lo hacen con las uñas, y que la recuperación de los Montes de María necesita mucho más compromiso de todas las instituciones para que lleguen todos sus servicios estatales: salud pública, vivienda, educación, energía eléctrica y carreteras. Agroexpo les servirá a los 45 campesinos montemarianos para conocer un mundo nuevo, pero también para saber todo lo que el Estado les está debiendo.

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