Editorial


Bolívar, herido en dos flancos

Hace unos días informamos aquí nuestra desazón porque los cuatro carriles del nuevo puente de Gambote los redujeron a dos, y su diseño pasó de puente a puentecito, ya que un “estudio” determinó que el tráfico no amerita las cuatro calzadas.
No sabemos quién hizo el estudio, ni cuándo, porque los usuarios habituales de esa vía le informan a El Universal de los trancones entre El Carmen de Bolívar y El Viso, y peor, entre éste último y Gambote.
Es cierto que la vía entre Sincelejo, El Carmen de Bolívar y El Viso está más congestionada de lo que debería estar porque la gente evita la trocha -¡sí, trocha vergonzosa!- entre Toluviejo, San Onofre y El Viso, pero ésta de todos modos tiene tráfico pesado y se juntan los vehículos de ambas vías entre El Viso y Gambote, tramo que también debería tener cuatro calzadas, como las debería haber entre Gambote y Mamonal.
Las vías no se construyen para coparlas antes de nacer, sino para que asimilen el crecimiento, y las mencionadas reciben contenedores de Bogotá y los santanderes por Bosconia y El Carmen; y de Medellín y el Eje Cafetero por Sincelejo, San Onofre y El Viso.
El gobernador de Bolívar se declaró indignado por la reducción de la inversión pública para este departamento, no solo en Gambote, sino en otras áreas (Lea Gobernador solicitará suspender adjudicación del nuevo puente de Gambote).
Pero si la falta de visión del desarrollo nacional lacera la competitividad de Bolívar a través de la de Cartagena, se le suma otra deficiencia en el flanco local: Acuacar no puede entregar más agua potable de la que ya comprometió y ha rechazado 22 mil solicitudes de nuevas instalaciones desde 2010 para viviendas. Por lo mismo, tampoco habría agua para los nuevos desarrollos industriales.
Si seguimos así, tendrán razón quienes creen que Cartagena no será la capital de los TLC, no por falta de agua salada debajo de los buques –aquí aún sobra- sino por falta de agua potable en las urbanizaciones, fábricas y empresas.
En el informe de Óscar Brieva como alcalde encargado saliente, a Bruce Mac Master como alcalde encargado entrante, acerca del Distrito, y enviado por el primero a la Contraloría General y a la Procuraduría General, se asegura que el Plan Maestro de Acueducto y Alcantarillado solo garantizó el agua hasta 2010, y según el informe, el contrato para dicho Plan fue suspendido el 28 de diciembre de 2011, pero reactivado en agosto 13 de 2012 por la administración de Campo Elías.
Confiamos en que el alcalde encargado y su equipo alcancen a garantizar lo más pronto posible el suministro de agua potable para Cartagena y sus alrededores. Y también compartimos la indignación del gobernador de Bolívar, a la que ojalá se sumaran nuestros congresistas, la Asamblea de Bolívar, el Concejo de Cartagena, los gremios y la sociedad civil.
Si estas causas no alcanzan para unir monolíticamente a todos los sectores en defensa de Bolívar y su capital, estaremos perdidos. 

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