Hoy el X Seminario Internacional de Estudios del Caribe, promovido por el Instituto Internacional de Estudios del Caribe de la Universidad de Cartagena, liderado por el historiador Alfonso Múnera Cavadía, es un encuentro trascendental que convierte a Cartagena en referencia obligada para los investigadores de esta región mágica.
Las personalidades que han compartido su conocimiento en Cartagena: Antonio Benítez Rojo, Arcadio Díaz Quiñones, Silvio Torres, Luis Rafael Sánchez, Ángel “Chuco” Quintero, para citar solo algunos, enriquecieron la reflexión sobre la identidad sociocultural compleja del Caribe. Cerca de 200 intelectuales del mundo analizan la región desde Cartagena esta semana, con 75 ponencias a cargo de historiadores de Puerto Rico, República Dominicana, Cuba, Estados Unidos, Europa y ciudades colombianas.
El seminario propicia alianzas, intercambios y convenios, estimulado aventuras comunes para acercar y conjugar el Caribe anglófono, francófono e hispanohablante. Qué curioso que el primer afiche de lo que fue una iniciativa ejemplar sin continuación en los ochenta, el Festival Internacional de Música del Caribe, evocaba un propósito magnificado hoy: el pintor Alejandro Obregón veía el germen del Caribe como una semilla de coco, y ahora el artista Timothy Hall pinta el nacimiento de ese coco en su bello óleo “Resurrección”, el afiche promocional del seminario de 2011.
Este X Seminario Internacional del Caribe es uno de los acontecimientos culturales de trascendencia de Cartagena para el mundo: una de sus personalidades es el poeta cubano Roberto Fernández Retamar, director de Casa de las Américas, la institución cultural que desde la isla ha abierto en más de medio siglo, su ventana al descubrimiento, promoción y proyección de las letras de América Latina y el Caribe.
Junto a la de él, la voz profunda e iluminada del puertorriqueño Luis Rafael Sánchez, uno de los grandes narradores del mundo, en compañía de ese gran novelista colombiano, Roberto Burgos Cantor, el autor de la mejor novela sobre la esclavitud en Cartagena: “La ceiba de la memoria” y una de las personas de mayor brillo en nuestro país. Y junto a ellos está la reserva humana e intelectual prodigiosa de expositores que enriquecen el seminario, en este momento histórico del Bicentenario de la Independencia de Cartagena.
Ese Caribe que parecía tan lejano, inexplorado e indescifrable, ahora se convierte en un mapa que cobra vida. La magia que ha nutrido a cronistas y creadores de ficción es de veras una realidad a través del conocimiento compartido.
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