Editorial


Cartagena improvisada

Cartagena está llegando al caos por no tener una planificación bien articulada y prospectiva. Primero se crean los hechos de manera informal y después vienen los intentos de remediarlos, también improvisados.
Uno de los ejemplos más recientes es la proliferación de bicicletas en las calles del sector turístico durante los fines de semana, especialmente en las noches, y también durante los días de trabajo ahora que estamos en una de nuestras temporadas turísticas altas.
El lunes pasado en la noche, por ejemplo, había dos bicicletas “tándem” (para dos personas cada una) frente al Centro de Convenciones, en manos de una familia con hijos jóvenes. Una iba al mando de la madre y su hija, y la otra con el padre y el hijo más pequeño.
Frente al antiguo Teatro Cartagena giraron hacia la Torre del Reloj, cada una de un lado opuesto de la vía, poniéndose en un peligro enorme de que los atropellaran y entorpeciendo el tráfico en ese sector tan neurálgico. Era obvio que no eran ciclistas expertos, pero sí bastante irresponsables.
En el lado izquierdo de la avenida San Martín, en Bocagrande, iba otro grupo de ciclistas en fila india, incluyendo niños. Eran turistas, y frente al restaurante la Brioche un auto casi atropella a algunos por la impericia de los ciclistas y por el caos del tráfico, y lo más probable es que no supieran lo cerca que estuvieron de ser arrollados.
Las bicicletas eran todas en estilo retro con marcos hechos en tubería gruesa y llantas más anchas de lo usual. Probablemente pertenecían a alguno de los negocios que ahora las alquilan en Cartagena, sin que haya donde montarlas de manera segura para los ciclistas ni para los conductores.
Ninguno de los ciclistas tenía puesto casco y ninguna de las bicicletas tenía luces delantera ni trasera, quedando expuestas las personas a una caída normal de cualquiera de los ciclistas improvisados, o a un accidente grave.
Nos parece maravilloso que la gente monte en bicicleta en la ciudad. No solo es muy sano para la salud de los ciclistas, sino que es amigable para el ambiente, pero las autoridades no pueden permitir que estos vehículos circulen por cualquier parte, a cualquier hora y sin los requisitos mínimos de seguridad.
Las calles de Cartagena ya están atestadas de vehículos y añadirle bicicletas conducidas por niños y adultos bisoños sin el equipo adecuado es una irresponsabilidad de quienes las alquilan, y también de las autoridades por permitirlo.
Es imperativo que el Distrito acelere la construcción de las ciclovías de la ciudad para que propios y extraños opten por este medio de transporte maravilloso, pero de manera segura para todos.
¿Hay algún reglamento para usar bicicletas de alquiler en las calles de Cartagena? ¿Qué responsabilidad tendrían quienes las alquilan en un accidente? ¿Y las autoridades que lo permiten?
Entre la proliferación de autos nuevos, los coches tirados por caballos y ahora las bicicletas, sin hacer un solo metro de vías nuevas, una ciudad cuya movilidad está enredada solo podrá ponerse mucho peor.

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