Editorial


Cinismo al volante

El bloqueo de las vías ayer en Cartagena no tiene justificación y resalta otro perjuicio más por la ingobernabilidad local y el descaro de algunas personas -afortunadamente pocas- al tratar de obtener beneficios particulares, en este caso insólitos, a costa de la tranquilidad y movilidad de la mayoría de los ciudadanos.
Es inconcebible que parte de un gremio, algunos de cuyos miembros se disputan el campeonato de la mala conducción con los choferes de buses y busetas, que viola todas las reglas de tránsito, pretenda continuar manejando de manera caótica, usando sus carros de manera irresponsable, y que se crea con derecho a ser eximida de unas multas muy bien puestas por estar documentadas sus violaciones al Código de Tránsito. ¡Ya era hora!
Escudarse por las infracciones cometidas tras no saber –supuestamente- que habían sido instaladas las cámaras de control de tránsito es un gran cinismo, además de una admisión tácita de que cometen las infracciones con plena conciencia, ya que de saber que había cámaras, respetarían las normas. Y peor aún, piden retirar las fotomultas para seguir manejando como unos irresponsables.
Por su parte, el DATT no solo anunció ampliamente la instalación de las cámaras ante la prensa local antes de ponerlas en servicio, sino que observó un periodo de gracia con comparendos pedagógicos.
El Universal le dedicó una página completa a las cámaras nuevas de control de tránsito, encabezándola con una foto grande de estas trillizas negras. Igual divulgación hicieron otros medios impresos locales, la radio y la TV. Aquí la ignorancia no es ningún pretexto.
Los taxistas quejosos deberían saber que los conductores particulares también están recibiendo una gran cantidad de multas, y que la única manera de librarse de ellas es la autodisciplina. Seguir la ley no es opcional, es obligatorio.
Lejos de quitar las cámaras y las fotomultas, el DATT debería instalar muchas más en toda la ciudad, incluidos los barrios periféricos donde los peatones y demás conductores cuidadosos sufren el embate de los conductores agresivos e irresponsables, de vehículos públicos y privados.
Las vías de Cartagena no son un coto de caza privado de los taxistas, de los conductores de buses, ni de los privados. Son para el uso de todos de manera respetuosa, cosa que parece resultarle más difícil de comprender a algunos conductores de taxis, muchos de los cuales creen que pueden cerrar a los demás vehículos, adelantar por el lado equivocado de la vía, cruzar de una orilla de la calle a la otra a buscar un pasajero, robarse un sitio en la fila, girar en U donde es prohibido o sobre las cebras, o parar de repente en cualquier lugar, poniendo en peligro su vida y la de los demás.
Quedó claro ayer que la mayor parte de la ciudadanía respalda al DATT, las cámaras y las fotomultas.
¡Bienvenidas!

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