Editorial


Colombia y la sequía en EUA

Colombia tiene que estar alerta con los movimientos en los EUA teniendo en cuenta nuestro recién aprobado TLC.
Los Estados Unidos de América pasan por una de las peores sequías de su historia y sus cereales almacenados llegaron a precios récord en unos casos, y los sobrepasaron en otros, según reportó Reuters ayer.
La sequía cubre a más de 60 por ciento de los estados bajos del país. Ya hay agricultores y ganaderos recibiendo subsidios adicionales en 1.297 condados de 29 estados.
Los ganaderos, que dependen del maíz para alimentar sus animales, le pidieron al Environmental Protection Agency (EPA) que liberara a los refinadores de gasolina de la obligación de mezclarle etanol derivado del maíz para su biocombustible, tratando de evitar el encarecimiento del concentrado para animales, lo que a su vez encarecería la carne de res y de pollo.
El 40 por ciento del maíz de los Estados unidos se usa para producir etanol. La soya, también fundamental para los concentrados animales en la ganadería y la avicultura, ya triplicó su precio.
Según Reuters, “La sequía en los EUA se sentirá en el mundo mientras el mayor productor de grano mundial lucha con cosechas más pequeñas. Los EUA exportan más de la mitad de todos los despachos mundiales de maíz y es también el mayor exportador de trigo y soya”. Los países que importan de los EUA pagarán mucho más y algunos tendrán que recurrir a otros proveedores.
Colombia tiene que estar alerta con los movimientos en los EUA teniendo en cuenta nuestro recién aprobado TLC.  Cuando México abrió sus fronteras mediante su TLC con los EUA, los estadounidenses excedieron por mucho el cupo de maíz que les enviaron, y cuando los mexicanos se dieron cuenta, había quebrado la mayor parte de su industria maicera. Con la escasez por esta sequía es improbable que a Colombia le ocurra lo mismo, pero no sabemos qué puede pasar después.
Con las alzas en el precio, es probable que los EUA retengan buena parte de sus cereales para evitar el encarecimiento continuado de su canasta familiar, especialmente en plena campaña presidencial, cuando Obama tratará de no debilitar su posición política más de lo que está.
Algunos países decidirán expandir sus siembras de cereales para reemplazar parte de los que EUA deja de exportar. Colombia debería explorar esta posibilidad, pero no se nota que el Gobierno haga esfuerzos mayores por el campo a pesar de sus múltiples anuncios. Ni el bien intencionado del  ministro Restrepo logra mover el aparato estatal para mejorar el agro.
En las regiones, los caramelos de las regalías ofrecidos a los gobernadores están rancios, porque no llegan a ninguna parte. En algún sitio del Gobierno -¿el DNP? ¿Minahacienda?- se están atrancando las soluciones, es decir, la plata.
Colombia y el Caribe necesitan una planificación minuciosa, integral y permanente para nuestra infraestructura agraria. Necesitamos retener agua en los inviernos, controlar las inundaciones, y regar en los veranos.
Ojalá que las oportunidades del agro Caribe no sean desperdiciadas, aunque no somos optimistas por la ineficiencia del centralismo, cada vez más marcada.

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