Las minas antipersona y otros artefactos explosivos no convencionales han dejado en Colombia más de 9 mil víctimas, de las cuales el 10 por ciento son niños y más del 40 por ciento son civiles.
Apenas el año pasado, se reportaron más de 400 víctimas de minas, y en los dos primeros meses de 2011, la cifra asciende a 23.
Por eso, con motivo del Día Internacional contra las Minas Antipersona, el Programa Presidencial Acción Social lanzó la campaña “Colombia se arremanga contra las minas antipersona”, un acto simbólico y de reflexión personal que consiste en enseñar hoy la parte inferior de una de las piernas, para expresar el repudio a estos artefactos que tanta muerte y dolor han sembrado en el país.
Las minas antipersona existen en una variedad infame: hay quiebrapatas, saltarinas y hasta las llamadas fantasmas por los soldados colombianos, porque nadie las ve, pero están ahí con su carga de muerte.
Pueden camuflarse debajo de un pequeño montículo de tierra, esconderse en ramas y hojas de árboles o medio enterrarse bajo la hierba, en los caminos por donde transitan muchos adultos para ir a sus trabajos, o muchos niños para ir a la escuela.
Por la extrema crueldad del daño que provocan, como las amputaciones, mutilaciones genitales, lesiones musculares y en órganos internos o quemaduras, en diciembre de 1997, más de cien Estados de todo el mundo firmaron llamado Tratado de Ottawa, para la prohibición total de las minas, que hoy ha sido suscrito por más de 144 países y en desarrollo del cual ya se han destruido en el mundo más de 37 millones de minas.
La campaña internacional de la red International Campaign to Ban Landmines (ICBL), que funciona en más de 90 países, obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 1997 por sus esfuerzos para erradicar estos artefactos y fruto de sus campañas fue la reunión realizada en 2004 en Nairobi, que bajo el lema, por un “Mundo libre de minas”, evaluó los logros conseguidos y revisó los pendientes.
Colombia es uno de los Estados firmantes del Tratado, y como tal se comprometió a la destrucción de las minas, pero en el país siguen presentándose accidentes graves, porque las Farc y el Eln continúan utilizándolas cobarde y cruelmente.
El Gobierno nacional reporta que ha realizado un barrido de minas antipersona en un área de 249.038 metros cuadrados del territorio nacional, pero todavía queda mucho por hacer y es preciso que el país entero reclame de los dos grupos guerrilleros que actúan en nuestro país su decisión de acabar de una vez por todas con esta práctica infame y que viola todas las normas del Derecho Internacional Humanitario.
Colombia todavía detenta el triste récord de ser el único país de América Latina donde aún se colocan minas antipersona y el tercero más minado en el mundo, después de Camboya y Afganistán.
Las víctimas de estos artefactos, especialmente los cientos de niños mutilados en todo el territorio nacional, esperan que los colombianos se unan hoy a la campaña “Remángate” para rechazar de manera tajante e inequívoca el uso de las minas antipersona.
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